Pedro Guevara fue a Japón, se enfrentó a Akira Yaegashi en su casa y obtuvo el cinturón de peso mini mosca el 30 de diciembre de 2014. No es poca cosa considerando que la ventaja de la preferencia la tenía el local. Las condiciones geográficas tampoco estaban a favor del mexicano. Eso y que era la primera vez que Guevara salía de México a pelear.
Una vez capturado el cinturón, su promotora fue capaz de conseguir que su retador se trasladara a México, específicamente a Mazatlán (Sinaloa), casa del campeón mexicano.
Primera defensa titular en casa, un buen escenario para cualquier campeón naciente.
Pedro Guevara tenía pues la consigna de triunfar ante su gente.
El retador fue Richard Claveras, un boxeador filipino invicto con 12 nocáuts en 14 peleas. Lo más lejos que había llegado era a 8 rounds.
Una vez iniciada la pelea no hubo especulación y ambos se lanzaron al ataque. Claveras se fue al choque, buscó la cara de Guevara para mandarlo a la lona temprano. Guevara se tomó su tiempo, mismo en el que recibió algunos golpes.
El filipino se plantó con la mano izquierda baja, invitando a Guevara a que le entrara por ese lado, de modo que cuando el mexicano estuviera cerca podría soltarle la derecha en corto.
Claveras logró impactar, pero no de nocáut.
Guevara encontró un hueco en la guardia de Claveras y por ahí capitalizó su triunfo.
Con un golpe recto a la cara, Guevara se sacó de encima a Claveras y ganó espacio para poder conectar un poderoso gancho al hígado.
Claeveras se fue a la lona y escuchó la cuenta del réferi desde la lona, porque ya no pudo levantarse.
Guevara hizo su primera defensa exitosa como campeón y menciona que no tiene un rival en mente porque se considera capaz de pelear contra quien lo enfrenten.