«Mr. WrestleMania», el legado de Shawn Michaels

Son menos de tres cuartos de hora, pero el reciente episodio de WWE Rivals, ‘Shawn Michaels vs. The Undertaker’, emitido en A&E, supone una estimable antología sobre esta fantástica rivalidad que nos dejó, probablemente, los dos mejores combates de la historia de WrestleMania y diría que de toda la historia del otrora Imperio McMahon. 

Varias voces relatan este capítulo, y uno de los comentarios más interesantes proviene de JBL, quien resalta cierta estadística sobre HBK. 

«¿Quieres que te diga cómo de bueno es Shawn Michaels? Tiene una estadística de seis victorias y 11 derrotas en WrestleMania. Perdió contra Razor [Ramon], perdió contra Diesel, perdió contra Stone Cold, perdió contra [Kurt] Angle, perdió contra [John] Cena… Eso, antes de enfrentarse a The Undertaker. Y es ‘Mr. WrestleMania’. Cuando eres así de bueno, te pueden ganar y nadie se acuerda». 

Michaels perdió también esos dos combates ante Taker; a la postre, sus últimos bajo los focos del «Show de los Shows». Fue entonces cuando al año siguiente, «The Phenom» y Triple H iniciaron su particular díptico. Y camino hacia el primer encuentro, en WrestleMania XXVII, unas líneas de «The Game» en respuesta a Michaels, un tanto indignado de que su buen amigo se creyera mejor que él, lucieron y lucen insólitas por moverse entre el «kayfabe» y la realidad. 

«¿Quieres saber la verdad? La verdad es que te ablandaste. La verdad es que en algún punto del camino decidiste que era más importante ser ‘The Showstopper’ y ‘Mr. WrestleMania’. Y lo eres, pero te diste cuenta hace tiempo, Shawn, que no tenías que ganar cada noche para serlo. Yo no soy Shawn Michaels, ni de lejos. Yo tengo que ganar. Y ganaré». 

 

► Un viaje tranquilo

Durante sus primeras ediciones, WrestleMania siempre representó el epítome del estilo WWE (y en términos generales, de la lucha estadounidense): parafernalia, grandes nombres y momentos, donde un único Bodyslam era más importante que todo un combate. 

Nunca fue WrestleMania el evento al que acudir para ver luchas de cinco estrellas, o cuanto menos, las mejores luchas anuales de WWE. Si bien, muy puntualmente se dieron allí desempeños notables cual mirlos blancos, caso del célebre Randy Savage vs. Ricky Steamboat de la sexta edición; gladiadores sin duda fuera de lugar, que nunca pudieron explotar allí plenamente su factor «in-ring», y de alguna manera impotentes promotores de un cambio que llegaría años después. 

Porque todo cambió con Shawn Michaels

© World Wrestling Entertainment

 

Junto con Bret Hart, HBK inició una revolución en la lucha estadounidense de los 90, poniéndola por primera vez en el mapa como potencia productora de grandes combates. Y esto se hizo palpable en el hecho de que a partir de entonces, WrestleMania, precisamente el culmen del espectáculo circense que es WWE, albergara muchos de esos «highlights», convirtiéndose en referencia a la hora de hablar de factor «in-ring». 

Ya durante WrestleMania VII, todavía como Rocker, Michaels conjuntó un buen combate, pero sólo supuso un aperitivo de lo que sería su trayectoria. A partir del año siguiente, puede decirse que todas las implicaciones protagonizadas por Michaels en WrestleMania han quedado como las mejores de cada entrega del «Show de los Shows», o al menos entre las mejores

Si algo luce rescatable de WM IX es el duelo de HBK contra Tatanka por el Campeonato Intercontinental, pese a su anticlimático final. Dirán pues que resulta fácil sobresalir entre tanta mediocridad, pero en WM X, Michaels compartió cartel con el brillante «opener» donde Bret Hart y Owen Hart se batieron el cobre dentro de una jaula de acero. Aún así, su «ladder match» con Razor Ramon, por innovador y espectacular, ha quedado como lo más memorable del evento. Y sí, no obviaré el dato: primer «5 Star» vía Dave Meltzer en la historia de WWE. 

El resto del particular currículo se cuenta solo: WM XI (vs. Diesel), WM XII (vs. Bret Hart), WM XIV (vs. Stone Cold), WM XIX (vs. Chris Jericho), WM XX (vs. Triple H y Chris Benoit), WM XXI (vs. Kurt Angle), WM 22 (vs. Vince McMahon), WM 23 (vs. John Cena), WM XXIV (vs. Ric Flair), WM 25 (vs. The Undertaker) y WM XXVI (vs. The Undertaker). 

Cómo olvidar aquel estelar de una hora en la decimosegunda WrestleMania, donde HBK se alzó máximo monarca. Sobre el que cabe decir, no fue realmente pionero de su clase, sólo el primero televisado. Casi siete años antes, en un Live Event desde Montreal, The Fabulous Rougeaus disputaron un primigenio «Iron Man» contra…The Rockers. 

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► El arte de caer

Especialmente valioso que Michaels se robara el «Show de los Shows» entrega tras entrega sobre todo en su segunda etapa, cuando esa revolución «in-ring» que él contribuyó a iniciar junto a Bret Hart ahora era impulsada por The Radicalz (Eddie Guerrero, Chris Benoit, Dean Malenko y Perry Saturn) y una nueva oleada de talentos lucía entre las doce cuerdas a años luz de las mitificadas figuras de antaño. 

Pero Michaels supo asimismo mezclarse con la vanguardia. Y para analizar tal adaptabilidad debemos ir más allá de WrestleMania, pues no sólo de este evento vivió «The Showstopper». Algunas de sus delicatessen en forma de combates se dieron, por ejemplo, en eventos de pago por visión menores (Backlash 2007; probablemente el mejor Fatal 4-Way que haya producido la lucha estadounidense) o episodios televisivos «random» (espectacular mano a mano con Shelton Benjamin en el Raw del 02-05-2005). 

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Y si bien algunas veces venció, el grueso de su trabajo se basó en elevar a otros. Así, dos generaciones de seguidores acostumbrados a identificar «Superestrella» con ganador, como habían hecho con Hulk Hogan y Stone Cold, aprendieron que en la derrota no había menor grandeza si eras capaz de ofrecer un desempeño como el que tuvo Michaels durante Survivor Series 2003, por citar ilustrativa muestra.

Con «Mr. WrestleMania», el resultado de sus combates lucía secundario. Lo importante estaba en el viaje. Un viaje tranquilo que predijo la estampa del pancracio actual realizado extramuros de WWE, y que podemos personalizar hoy en la figura de Will Ospreay, a quien SUPERLUCHAS eligió Luchador del 2023 a pesar de nuestros criterios muy fundamentados en el «kayfabe», por su incontestable capacidad para conjuntar combates excelsos, saliera ganador o perdedor.  

El arte de caer, afortunadamente, sigue muy vivo. 

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