Mike Chioda llegó a la lucha libre a finales de los 80’s gracias a que vivía cerca de Gorilla Monsoon y su hijo Joey Marella, con quien era gran amigo. Joey quiso entrar en el mundo de la lucha libre, pero de manera diferente, como réferi, lo que motivó a Chioda algunos años después.
Chioda llegó a WWF en 1989 y empezó a arbitrar en eventos televisados y House Shows, aunque tuvo otros trabajos y no fue sino hasta 1992 que empezó a ser réferi ante las cámaras de manera constante, luego de haber aparecido en WrestleMania VII. Su buen trabajo lo puso en el mapa, junto a Joey se convirtieron en dos de los más respetados réferis de la WWF y toda la industria luchística norteamericana, aunque Joey falleció en julio de 1994, frustrando sus sueños, tras quedarse dormido al volante.
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Pero, regresando a Chioda, logró construir una buena relación con el señor Vince McMahon, quien era gran fan de su trabajo. Y poco a poco se fue ganando el espacio de árbitro principal que Joey había dejado. El 15 abril de 2020 fue despedido de WWE, tras 31 años de carrera como réferi, pero tras 35 años trabajando tras bambalinas con la compañía.
Lo que Chioda tenía pensado era que se retiraría trabajando para WWE, la única empresa de lucha libre en el mundo en la que trabajó, pero la pandemia del coronavirus frustró sus planes. Y aunque ya forma parte de AEW, en donde lo han dado un estatus de muy importante, e incluso estará arbitrando en Qatar Pro Wrestling, siente que no puede superar su despido de WWE, del cual califica injusto la forma en cómo lo despidieron. Esto dijo en la más reciente edición de su podcast Monday Mailbag with Mike Chioda:
«No puedo decir que Vince no corresponda a la lealtad. Vince, Linda, Shane y Stephanie me brindaron lealtad durante 35 años. No sé a dónde fue la lealtad en este momento, pero es muy decepcionante. ¿No pudieron encontrar un lugar en algún lado para dejarme retirar después de todos estos años en la mejor compañía, la única compañía con la que había estado por 35 años?
«Durante 35 años, siempre pensé que esta compañía lo hacía de la manera correcta en el negocio de la lucha libre profesional en todo el mundo. Para ser honesto con ustedes, me rompe un poco el corazón. Estoy molesto y frustrado porque no pude terminar mi carrera. Si quisieran que me jubilara en seis meses, habría dicho que sí. Si me hubieran ofrecido hacer cualquier cosa, entrenar réferis o barrer pisos, hubiera dicho que sí. Lo que fuera. No sé si realmente vino de Vince la decisión. No puedo decir honestamente que sí, pero sucedió. Es un poco frustrante«.
