Miesha Tate había terminado. Cuando la ex campeona de peso gallo de UFC anunció su retiro luego de una derrota ante Raquel Pennington en UFC 205 hace casi cinco años, no tenía intención de competir nunca más.
En 2016, Tate experimentó el más alto de los máximos y el más bajo de los mínimos después de que finalmente capturó el oro de UFC con una victoria de regreso contra Holly Holm a principios de año y luego sufrió derrotas consecutivas ante Pennington y Amanda Nunes antes. llamándolo carrera.
Sumida en la depresión
Es difícil imaginar un cambio más grande de emociones en un período de 12 meses, pero mirando hacia atrás ahora, Tate realmente no estaba pensando en su reinado como campeona; en lugar de eso estaba obsesionada por los devastadores sentimientos que la abrumaron después de esa última derrota.
«Estaba realmente agotada. Para ser honesto, estaba en un lugar oscuro en la última parte de mi carrera».
“Muchas de las cosas de mi vida personal realmente me afectaron. Hay mucho que alguien puede tomar, así que solo necesitaba alejarme para poder reagruparme«.
A lo largo de la mayor parte de su carrera, Tate había estado involucrada con el ex peso gallo de UFC Bryan Caraway y el deterioro de su relación la golpeó duramente durante esas peleas finales antes de su retiro.
Agregue a eso, Tate luchó por definir su propia identidad cuando no estaba peleando porque eso es todo lo que había conocido durante la última década después de que comenzó a competir cuando apenas tenía 21 años.
Tras la derrota ante Pennington en 2016, la ahora madre de dos hijos de 34 años estaba luchando por responder muchas de las preguntas que tenía sobre sí misma.
«Quiero decir que la salud mental no es una broma. Estar en un lugar de depresión, la depresión es algo que puede consumir cada parte de ti y, a veces, sientes que no hay forma de salir de ella. Creo que es importante, o al menos lo fue para mí, ser brutalmente honesto conmigo mismo y realmente abordar y buscar el alma. Después de esa pelea, me fui de viaje. Solo me tomé un tiempo para responder preguntas. ¿Por qué me sentía así? ¿Dónde estaba mi cabeza? ¿Cómo podría mejorarlo? Eso es realmente para lo que necesitaba tiempo. Necesitaba tiempo para reflexionar sobre mí mismo. Necesitaba tiempo para reagruparme. Necesitaba tiempo para recuperarme de nuevo y ser feliz en la vida».
“Ese fue un momento aterrador porque no sé qué más era además de un peleadora. Eso también da miedo. Siento que algunas personas se aferran demasiado a sus carreras porque es todo lo que sabemos. Eso es todo.»
El tiempo libre le permitió a Tate averiguar qué haría a continuación ahora que la peleaa había quedado atrás. Comenzar una familia fue una gran parte de sus años lejos de la competencia activa, ya que Tate dio la bienvenida al mundo a una hija y un hijo. También se diversificó al convertirse en ejecutiva de ONE Championship cuando la promoción con sede en Singapur la invitó a ingresar a la organización para usar su cerebro más que su fuerza.
“A veces sientes que no hay nada más. ¿Quién soy yo si no soy Miesha Tate, la peleadora? Bueno, respondí esas preguntas. Soy Miesha Tate, la madre. Soy Miesha Tate, vicepresidenta de ONE Championship. Soy Miesha Tate, la comentarista. Soy Miesha Tate entrevistando gente. Soy Miesha Tate creando contenido en YouTube. Lo que sea que me proponga, y creo que eso también me ayudó».