Mariana Juárez hizo lo que debía hacer ante Noemó Bosques: ganar.
Y no sólo porque era la boxeadora de mayor experiencia dentro del ring, la de mejor técnica, si no porque en sus dos últimas peleas no convenció con sus actuaciones. La primera pelea que perdió con Vanesa Taborda y que le dieron los jueces y la segunda donde ganó pero hizo una pelea muy deficiente, al grado de que no hubo comentarios buenos a su favor, aun cuando retuvo el Título Internacional de Peso Súper Mosca del Consejo Mundial de Boxeo.
Pues en esta ocasión se enfrentó a Noemí «Rebelde» Bosques, una estadounidense de ascendencia boricua que haría su primera pelea fuera de Estados Unidos.
Repito. Mariana hizo lo que debía ante una rival que no presentó demasiados recursos para enfrentar a la mexicana. Así que a Mariana le tocó hacer la parte con la que se gana: lanzar los golpes, avanzar hacia la rival para no darle espacio de hacer su pelea.
Principalmente, Juárez colocó combinaciones de golpes que en repetidas ocasiones sacudieron de manera importante a Bosques, quien por más que buscaba la distancia o la conexión de varios golpes, no lograba encontrar el ataque preciso que hiciera retroceder a Mariana.
Noemí logró acabar la pelea por su condición física, nadie pone en duda su preparación para la pelea en cuanto a fondo físico, pero lo que no le alcanzó fue la técnica para lograr derrotar a Mariana.
Al final de la contienda, luego de ser nombrada ganadora (por decisión unánime) y aún campeona internacional de peso súper mosca CMB, habló para una entrevista que dio de rodillas a manera de agradecimiento a Dios por haberla sacado de una mala racha, tanto deportiva como profesional.
También le dio las gracias a su familia, novio, promotora y entrenadores por lo que han hecho por ella y el apoyo brindado, mismo que le permite estar todavía en los encordados, aun cuando ha tenido malos ratos.