Hace dos años 10 meses, Abner Mares consiguió su primera oportunidad titular después de dos años de haber perdido su cinturón pluma del Consejo Mundial de Boxeo.
Su rival de esa noche, Leo Santa Cruz, era campeón pluma de la Asociación Mundial de Boxeo.
En el primer round de la pelea se vio a un Abner Mares ávido de buscar la victoria en cuanto tuviera oportunidad y a como diera lugar, pues salió revolucionado y apabulló a Leo Santa Cruz.
Sin embargo, el michoacano supo cómo capotear a ese toro de lidia en que se convirtió Mares.
Al final, la decisión dividida fue a favor de Santa Cruz.
Cada uno por su lado se convirtió en campeón de la misma organización boxística. Leo perdió y ganó ese mismo cinturón (el supercampeonato pluma AMB) de manos de Carl Frampton en un par de peleas dignas de recordarse.
Abner se tomó un tiempo fuera y regresó en diciembre de 2016 ante Jesús Cuellar, a quien dominó de principio a fin al «Forastero» y le quitó el Título (regular) de Peso Pluma de la AMB.
Con el tiempo se ha ido cerrando la boca del embudo porque ese título debe unificarse y entre que se ha vuelto pelea mandatoria, que han pedido permisos especiales y que finalmente llegaron a un acuerdo económico, estamos a cinco días de que ambos vuelvan a encontrarse.
Son un par de jóvenes con historia similar, inmigrantes, avecindados en California y ambos con un gran trabajo de picar piedra para convertirse en ídolos del boxeo mexicano.
Ya están cerrando requisitos para poder pelear. Ambos entregaron satisfactoriamente sus exámenes médicos, así como un pre pesaje que está dentro de la norma que asegura un corte de peso sano y que no arriesga a los boxeadores.
Hora de revancha, hora de ver una gran pelea, porque si la primera fue explosiva, la segunda apunta a ser mejor con dos boxeadores más maduros y más pensantes.