Si alguna vez dejó de ser joven, Low Ki está viviendo una nueva juventud en Major League Wrestling, la empresa estadounidense con mayor crecimiento de los últimos años. Su «casa», en palabras del veterano, quien sabe lo que es dejar huella sobre todas las promociones más importantes del mundo a lo largo de sus dos décadas de carrera. A excepción de una: WWE.
Bajo el nombre luchístico de Kaval, «The World Warrior» fue ganador de la segunda temporada de NXT (con Michelle McCool como su «mentora»), cuando esta marca sólo era un programa de telerrealidad.
Pero tal premio no se tradujo en un exitoso paso por el elenco principal. Apenas seis meses allí, donde sirvió de esparrin a Dolph Ziggler o Drew McIntyre, entre otros; siendo su única aparición bajo PPV la que tuvo durante Survivor Series 2010.
► El momento equivocado en el lugar equivocado
Y aunque Low Ki se ha ganado la fama de ser el Edward Norton de la lucha libre, por su peculiar carácter tras bambalinas, tuvo la mala fortuna de aterrizar en WWE durante una época donde aún CM Punk y Daniel Bryan no habían abierto brecha dentro de la empresa como adalides de un estilo de Superestrella distinta, en comparación a los estándares de los 80 o 90.
Pero charlando recientemente con Raj Giri de Wrestling Inc., Ki apunta a su actitud como clave a la hora de que McMahonlandia decidiese no apostar por él.
«Me tienen miedo. ¿Por qué? Porque ellos no me crearon. ¿Por qué? Porque estoy chapado a la antigua. Me gané mi experiencia. Soy un trotamundos, y por encima de eso, lucho a un nivel más alto de lo que esos tipos creen. Así que, ¿por qué voy a sentarme ahí y entrar? Voy a prestar atención al comportamiento de la gente que se supone está al cargo, presto atención a su comportamiento, ¿y se supone que voy a sentarme ahí y escucharlos y ver cómo tratan a otra gente?
«¿Y se supone que voy a sentarme ahí a dejarles que hagan lo mismo conmigo? Pero ojo, yo no señalo a nadie ni los juzgo. Ni siquiera diez años después señalo a alguien en concreto y digo que este hizo esto o este hizo lo otro. Tengo muchas historias así, pero no he contado nada. ¿Por qué? Porque no me hace falta».
