No todos los días un evento de pago por visión alberga el primer combate de Sting tras su retiro en 2016. Revolution fue la cita escogida el pasado 8 de marzo por «The Icon» y AEW, aunque este regreso competitivo se dio con un importante asterisco: los milagros de la posproducción, pues pudo verse ya grabado al estilo de los encuentros cinematográficos que tanto protagonismo cobraron durante la pandemia.
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Días después del PPV supimos que Darby Allin fue el principal productor del choque, en el que también vio acción junto al ex-WCW, enfrentando a Brian Cage y Ricky Starks. Y según reveló Sting bajo entrevista con Bleacher Report, su rodaje no fue precisamente un paseo.
«[…] Fue un desafío. No me recuperé tan pronto como solía hacerlo. Fue agotador. Tuve que hacer mucho trabajo para que mi cardio estuviera listo y para tener una buena condición física. Fue más duro que nunca, pero lo conseguí.
«El combate cinematográfico fue divertido. Sin duda, me gustaría hacer más, pero acabé destrozado. Me pasó factura. Fueron dos noches de rodaje y fueron muy
duras. Pueden pasar factura a tu cuerpo, especialmente a mi edad. Fueron 12 horas de rodaje, en vez de estar en un ring 30 o 40 minutos. Me encanta rodar. He
hecho películas y televisión, y siempre me divierto con esas cosas. La parte complicada fueron las horas y el tiempo de recuperación».
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Ahora, charlando con SportsNation de ESPN, Allin ofrece una curiosa anécdota sobre la realización del por ahora último combate de Sting.
«Como mi entrada, estuve filmando para el evento de pago por visión con Sting, filmamos esa entrada y la policía nos paró tres veces.
«Me vieron patinando por la calle a las 3 de la mañana con mi cara pintada, agarrado a un camión. Y se pusieron en plan, «¿qué está pasando aquí?» Y les dije, «es para lucha libre profesional, AEW«».
Hoodlums win. 🦂🛹pic.twitter.com/VWWNg7ocQG
— Sting (@Sting) March 8, 2021