Con los años hemos aprendido que WWE es la tierra de lo inverosímil, desde los pintorescos personajes de los 80’s y principios de los 90’s hasta figuras actuales como Stardust o Los Matadores, pasando además por varias extrañas historias de mal gusto en la Attitude Era. Con todo esto, no dejó de ser una (amarga) sorpresa descubrir que el Gerente General Anónimo de Raw era Hornswoggle, aunque en principio la historia iba a ser mucho más larga.
Recapitulemos. Después de que Vince McMahon despidiera a Bret Hart de su posición de Gerente General del show rojo en junio de 2010, el cargo fue tomado por una figura anónima ruda que a través de una computadora portatil y con Michael Cole como portavoz, dominó Monday Night Raw por más de un año a través de tiránicas órdenes que eran precedidas del «…and I quote…»
Esta misteriosa figura despertó interés por algún tiempo, pero su monotonía y el odio que generaba Michael Cole hicieron que eventualmente desapareciera sin hacer mucho ruido, dando paso a la llegada de Triple H como COO y por tanto figura de poder, cuyas consecuencias seguimos viviendo.
La verdad sobre el Gerente General Anónimo permaneció oculta hasta el 9 de julio de 2012, cuando en la preparación para el próximo episodio 1000 de Raw, se reveló que era Hornswoggle quien había estado todo el tiempo detrás de la pantalla.
Este fue un final anticlimático y hasta ridículo para una historia que en principio auguraba cosas buenas, pero que se fue desmoronando de a pocos. Sin embargo, algo más hubiera podido ocurrir.
Con motivo del despido de Hornswoggle, el antiguo creativo de WWE Kevin Eck decidió revelar en su blog una de las ideas que se tuvo para el ex-campeón de peso crucero como figura de autoridad.
Retrocedamos una vez más, después de que el Gerente General Anónimo hubiera sido relevado por Triple H, el equipo creativo seguía pensando en ideas para cerrar la historia de manera coherente y dar paso a algo más. Esto en el segundo semestre de 2011. Sin embargo, Vince McMahon las rechazaba todas – incluyendo una que incluía a Shawn Michaels – con el argumento de que la gente simplemente había perdido el interés.
No obstante, cuando los Gerentes Generales empezaron a regresar antes del Raw 1000, una broma surgió en las reuniones creativas sobre reparar a Hornswoggle por la desastrosa historia del hijo bastardo de Mr. McMahon convirtiéndolo en el GM Anónimo. La idea, increíblemente – o quizá no es tan increíble – le agradó a Vince McMahon.
Descubierto como el GM Anónimo, Hornswoggle mostraría de una vez por todas su verdadera identidad, la de un hombre con acento como el del comediante W.C. Fields, que fumara puros y se refiriera a las mujeres como «damas». El nombre de este personaje sería Lou Manfredini.
Él diría que odiaba ser el adorable personaje Hornswoggle, pero ese papel era lo único que le permitía tener un trabajo en WWE. Ser el GM Anónimo le daba la oportunidad de meterse con las superestrellas que (según él) se reían de su tamaño y lo trataban más como una mascota que como una persona. Habíamos planeado hacer de Hornswoggle un gerente rudo más adelante.
La idea fue elegida por Vince y estoy bastante seguro de que estaba bien con ella. Sólo había un problema: Hornswoggle no pudo sacarla adelante.
Yo fui el escritor asignado para trabajar con Hornswoggle la noche de la revelación en Raw. Hizo toma tras toma del personaje de Lou Manfredino en bastidores, pero todavía sonaba como Hornswoggle. Simplemente no estaba funcionando y uno de los productores se lo dijo a Vince. En defensa de Hornswoggle, no es que le hubiéramos dado semanas para prepararse para el papel.
Vince decidió que igual haríamos el segmento, pero después de que Hornswoggle fuera revelado como el Gerente General Anónimo, todo acabaría.
Y, como sabemos, el segmento se hizo, pero el resultado fue tan terrible que Vince McMahon incluso se disculpó personalmente con Jerry Lawler por haberlo envuelto en él.
Lou Manfredino hubiera podido dominar Raw y cambiar todo lo que fue la era de The Authority en WWE, pero las circunstancias llevaron a que sólo se tratara de una anécdota más en esta tierra de lo inverosímil.