La división de peso crucero de WWE merece una marca propia

Con las últimas actualizaciones que nuestro compañero Sebastián Salgado nos trajo en el día de ayer, supimos algo más sobre el inicio de la segunda andadura de la división crucero en WWE, bajo los focos de Raw. Todos los nombres apuntados finalmente no formarán parte del show rojo el lunes 19, o al menos no debutarán en esta fecha, reduciéndose la nómina a 7 luchadores. Otra confirmación es la de que el nuevo título será completamente nuevo per se, pues no seguirá una continuidad con la anterior etapa, que tuvo a Hornswoggle como último portador, pese a que guarda una denominación idéntica.

La actualización anterior me lleva a pensar que lógicamente, Raw no ampliaría su tiempo de emisión para dar cabida a tanto talento, de ahí que el número de integrantes sea inferior al esperado. Aún así, hago cábalas sobre qué hueco ocuparán en las 3 horas. Se habla cada semana de los minutos de relleno con que cuenta el show, pero destinar este espacio para los cruceros supondría la invisibilidad de varios medio-cartelistas o jobbers, por otra parte necesarios en la jerarquía luchística. Argumento extrapolable a SmackDown Live, aunque en su caso, incluso parece más complicado por una duración inferior.

Presentación de Lince Dorado en el Cruiserweight Classic // WWE
Presentación de Lince Dorado en el Cruiserweight Classic // WWE

 

WWE está en la coyuntura propicia para partir de cero y hacer una revolución al ejemplo del de las Divas, dar la importancia que este estilo merece dentro de su programación. Si NXT goza de una identidad propia es porque tiene un espacio definido, llegando a convertirse en apenas 4 años en una referencia de calidad y espíritu independiente que llegó a eclipsar a la mismísima WrestleMania 32 el pasado abril con el excelente NXT TakeOver: Dallas. Y esta libertad de maniobra sólo puede llevarse a cabo bajo terreno particular, evitando las temidas decepciones al llegar a los elencos principales. Ric Flair ya afirmó que Finn Bálor nunca sería estelarista de «La Vitrina de los Inmortales», y es algo que sigue sonándonos factible, por desgracia.

En aras de sus ansias expansivas, Vince McMahon debería recapacitar sobre sus anquilosadas preferencias. Ya no estamos en los 80, y tal vez la lucha libre esté derivando hacia algo que el controvertido Will Ospreay vs. Ricochet anticipó. WWE se define desde su forja por unas directrices que se han visto tambaleadas por la Revolución Femenil y NXT, y gracias a ello ha ampliado sus horizontes a otro tipo de público que tal vez nunca prestase atención a la compañía. ¿Por qué no ir más allá y competir directamente con NJPW o ROH? Ya se ha comentado el interés por uno de los protagonistas de aquel combate, Ospreay, pero supongo que el británico sabe en qué clase de producto trabajaría si decide firmar un contrato. No tendría la relevancia que merece, y todo porque no entra en los ideales físicos del chairman.

Will Ospreay
Will Ospreay

 

¿Veremos alguna vez un combate de pesos crucero estelarizar un PPV de WWE? Si la afirmación de Flair suena factible, en cambio esta suena muy remota. Lo que Vader criticaba del OspreayRicochet es algo que tiene visos de ocurrir en Raw: la falta de una sólida historia detrás de cada disputa. Si podemos poner un pero al primer Cruiserweight Classic es precisamente este detalle, cuya subsanación reside en el salto a un gran contexto donde desarrollar personajes y rivalidades con holgura. Pero ante el apabullante protagonismo de los pesos pesados (nunca mejor dicho), escaso margen de maniobra restará a los creativos cada lunes.

WWE sufre de una dependencia de sus shows principales que limita sus horizontes, y que la guerra interna por el control de la misma está acentuando. Parece que todo el objetivo pase por hacer debutar a cualquier superestrella y ofrecerla en pantalla los lunes o martes, cueste lo que cueste. Muchos temen que esto ocurra con Shinsuke Nakamura, que ahora es un ídolo en NXT, y que por calidad y apoyo también podría serlo en Raw, pero que seguramente se quedará a mitad de camino. El show amarillo debe no perder pulso y dar ejemplo para una hipotética nueva marca de peso crucero. Ante la proliferación de talentos que han participado en el CWC, WWE tuvo la oportunidad de contratarlos a todos, o al menos a la gran mayoría, y con una oferta creativa sólida ya hubiéramos visto firmar a Kota Ibushi y Zack Sabre Jr.

Shawn Michaels se erigiría una figura idónea para llevar las riendas de un producto así, por su trayectoria y conocimiento del estilo, y por el nuevo cargo que tiene en el Centro de Desarrollo de Orlando. TJ Perkins ya expresó el privilegio de poder aprender de la leyenda a la que coloca cuatro veces en su Monte Rushmore personal. Casi nadie iguala la legitimidad de HBK, y considero que desde hace tiempo le correspondería un rol a la altura de lo que ha ofrecido a WWE durante 28 años. Además, la singularidad y autosuficiencia de la marca, sin esa presión de subida de talentos que NXT tiene, no representaría una competencia para la disputa de los McMahon.

Shawn Michaels y Vince McMahon tras bambalinas (Backstage) en WWE / WWE
Shawn Michaels y Vince McMahon tras bambalinas (Backstage) en WWE / WWE

 

Aunque la maniobra podría considerarse proselitista, según uno de mis artículos, el producto que este estilo representa lo haría por tradición minoritario, de espíritu independiente similar al de NXT, pero sin conexión con los grandes focos. Por eso creo que, en este sentido, no perjudicaría al aficionado. Los tiempos están cambiando y una WWE tetramórfica satisfaría al universo de seguidores, convirtiéndose a su vez en poco tiempo en el lugar de referencia para los luchadores de peso crucero de todo el mundo.

LA LUCHA SIGUE...
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