Jaime Munguía noqueó a Gary O’Sullivan, pero, ¿a alguien le dio la impresión de que debió hacerlo antes?
Es probable que sí, dada la hechura de guerrero de O’Sullivan que si bien no era el de mejor técnica, sí presentó mucha voluntad de no rendirse, lo cual le impidió a Munguía acabar con su pelea antes de 11 rounds.
Sin embargo, necesitó un poco más que eso para sobrellevar la batalla con Munguía, quien al final, con un ajuste de golpeo, salió airoso por nocaut.
Es un Jaime distinto. No se puede negar que le falta aún mejorar los movimientos defensivos, porque por ahí del tercer round, O’Sullivan lo sacudió con un buen golpe al rostro, luego le dio un golpe en la nuca, pero sí le movió el cuerpo al mexicano.
Sin embargo, fue más constante y efectivo el ataque de Munguía, porque roun a round puso en problemas a O’Sullivan, quien buscó la manera de no salir tan lastimado, cuando ya no la oportunidad de ganar, pues era muy evidente que el mexicano llevaba más condición y precisión.
Sabemos que le falta defensa a Munguía, pero sí se le vio una mejor disposición al ataque, mejor plantado. En ocasiones anteriores se le veía desbocado, como con ganas de acabar rápido. Su rivales sacaban un poco de ventaja al torearlo, sin embargo, contra O’Sullivan no se vio así.
Habrá de complementar con más movimiento de cintura.
Obviamente, como fue su primera pelea en peso medio, debía probarse en condiciones, para ver cómo reaccionaba su cuerpo al combate con ese nuevo peso y bueno, O’Sullivan le sirvió como prueba porque no dejó de atacarlo en todo momento, poniendo a prueba su condición física.
Así las cosas hasta que Jaime Munguía noqueó a Gary O’Sullivan en el onceavo, producto de una seguidilla de golpes intensa.
Se le notó en condiciones a Munguía, con un cambio sustancial en el estilo, que si sigue por esa línea, lo mantendrá por un buen camino hacia planos estelares y titulares.