A finales de la década de los 80, Hulk Hogan estaba en lo más alto de la lucha libre profesional y su éxito lo estaba llevando a tener cada vez mayor relevancia en Hollywood, en lo cual estaba siendo también clave su rol como Thunderlips en Rocky III. Hasta el punto de que el mandamás de Paramount, una de las majors de la meca del cine, le dijo que iba a ser el nuevo John Wayne. Cuatro décadas después podemos decir que eso no se terminó cumpliendo. Pero, ¿cómo lo recuerda The Hulkster?
► Hulk Hogan, ¿el nuevo John Wayne?
«Fue una extensión lógica de hacia dónde debía ir en mi carrera. Una vez que la lucha libre despegó y el personaje de Hulk Hogan se convirtió en algo tan grande como el negocio de la lucha libre en ese momento, la gente se estaba acercando a mí para hacer otros proyectos. Comerciales, comerciales del Super Bowl, comerciales de Right Guard, todo tipo de cosas. Las películas eran una extensión lógica. Vince McMahon y yo nos sentamos y básicamente pasamos tres días en Laguna Beach escribiendo No Holds Barred y luego trajimos a un escritor para que lo corrigiera, quien se llevó todo el crédito porque no sabíamos nada sobre escribir o el Sindicato de Actores o el Gremio de Escritores. Una vez que hice esa película y fue exitosa, New Line Cinema quería que hiciera más películas.
«El problema que tuve fue que amaba la lucha libre y estaba en la cima de mi carrera. No era como si estuviera en decadencia y estaba buscando trabajo extra o tratando de salir del negocio. Era el Campeón Mundial Peso Pesado, Hulkamania estaba desatada. Estaba frente a 20-30,000 personas todas las noches. Ahora, ¿quieres que me siente en una Winnebago al lado del escenario de sonido de Sony durante catorce horas, y es posible que me llames a las cinco en punto para ponerme frente a la cámara durante cinco minutos? El proceso fue difícil, así que siempre quise volver a la lucha libre. Lo hice. Seguí yendo y viniendo, haciendo pequeñas películas de bajo presupuesto para niños y divirtiéndome con eso, y rodándolas durante 25-30 días y luego regresando directamente al negocio de la lucha libre.
«Tuve la oportunidad de convertirme en el próximo John Wayne. Había un tipo llamado Bob Evans que dirigía Paramount. Me llevó a su oficina y había una gran foto en la pared con Clint Eastwood y John Wayne y todas las grandes estrellas, Dustin Hoffman. Todos los que eran parte de los actores bajo contrato de Paramount. Él dijo: ‘Vas a ser mi próximo John Wayne‘. Luego me explicó el horario y lo que se esperaba de mí, dentro y fuera de la cámara. Yo pensé, ‘Eh, soy el tipo equivocado para esas cosas’. Simplemente decidí volver a la lucha libre.»