Alexa Grasso deja Noche UFC como campeona de peso mosca, pero no sin una nube de controversia en torno al empate dividido en su revancha con Valentina Shevchenko.
El evento principal del sábado fue una guerra de ida y vuelta durante 25 minutos, y el factor decisivo llegó al quinto asalto después de que Grasso lograra un último intento de estrangulamiento por detrás que Shevchenko defendió hasta la bocina final. Cuando se anunciaron las tarjetas, el juez Sal D’Amato le dio la pelea 48-47 a Shevchenko, mientras que el juez Junichiro Kamijo le dio 48-47 a Grasso.
El tercer árbitro fue Mike Bell, quien anotó 47-47, lo que resultó en el empate dividido. Posteriormente, se reveló que Bell le dio el quinto asalto a Grasso con un 10-8, lo que llevó a la tarjeta de 47-47.
La generalmente estoica Shevchenko estaba obviamente molesta después de que se leyó la decisión, declarando que debería estar celebrando su segundo reinado como campeona de UFC.
«Creo que realmente fue 3-2 de mi lado. Pero los jueces creo que sintieron un poco de presión porque es el Día de la Independencia de México, por eso le dieron uno más al peleador mexicano. Luché hasta el final y creo que hice suficiente. En una competición justa, la victoria sería mía”.
Grasso también proclamó la victoria, creando una escena incómoda para lo que finalmente fue una increíble pelea de cinco asaltos empañada por una tarjeta de puntuación desconcertante.
“Hice mucho daño. Todos mis golpes fueron fuertes y sí, soy la ganadora. Creo que hice lo suficiente [para ganar”.
Ambas peleadoras lo dieron todo en la jaula, con Shevchenko saliendo para un comienzo rápido estableciendo algunas patadas al cuerpo desagradables y un jab hábil que continuó encontrando un hogar durante toda la pelea. Sin dejarse intimidar por los ataques, Grasso cambió de postura para mantener a Shevchenko adivinando mientras le lanzaba un golpe oportuno en la cara.