Después de dos excelentes luchas dentro de la Celda Infernal, Drew McIntyre y Randy Orton tuvieron que hacer todo lo posible por que su estelar en Hell in a Cell 2020, también bajo la modalidad que da nombre al PPV, estuviera a la altura y capturase la atención de los fans hasta el final de la noche.
Aunque las propias circunstancias del combate ya hicieron el trabajo, pues con tal decisión de situarlos como cierre se intuía que algo importante iba a ocurrir. Y efectivamente, la opción más sorprendente de las tres posibles que propuse horas antes de la cita fue la escogida por WWE, endosando un golpe de efecto a poco más de dos meses de Royal Rumble 2021: Orton venció a McIntyre, coronándose por décima vez máximo monarca de la empresa.
Decisión creativa aún menos previsible si tenemos en cuenta que el sábado, Dave Meltzer dijo que el plan de WWE era un campeón vs. campeón entre McIntyre y Roman Reigns para Survivor Series 2020.
► Vince McMahon ya no quiere experimentos
Pero ahí lo tenemos. De nuevo, a sus 40 años, «The Viper» es el monarca top de la empresa, y según ¿rectificó? Meltzer en su último reporte al respecto, conservaría esa condición al menos hasta WrestleMania 37, donde tiene previsto ir contra Edge.
Evidencia, pues, de que la recuperación de «The Rated-R Superstar» va por buen camino, cuando a comienzos de mes el propio Meltzer reveló que WWE prácticamente descartaba su implicación a tiempo en Royal Rumble 2021 a fin de retomar su rivalidad con Orton.
Y parece que en vestidores este este nuevo giro a la nostalgia trazado por WWE pilló desprevenidos a muchos, según revela Fightful.
«La mayoría de luchadores con los que hemos hablado se mostraron muy confusos por el momento en que se ha producido este movimiento, considerando que Orton estuvo muy protegido de WrestleMania a SummerSlam y luego fue vencido en varias ocasiones».
Fightful añada que pese a que Orton es una figura muy bien considerada por sus compañeros, existe la sensación de que quizás WWE ha errado con tal decisión creativa.
Como apunte final de un servidor, diría que Vince McMahon fundamentó su movimiento sobre tres puntos: preparar el terreno para dicho Orton vs. Edge en la próxima WrestleMania, que si la pandemia lo permite, quiere que suponga una suerte de «regreso» para su empresa; conceder una victoria más calurosa a McIntyre en un futuro, ya con público en vivo; evitar de paso un choque entre el escocés y Roman Reigns tan pronto en Survivor Series 2020.