El verano significó, para la mayoría de los luchadores de la división junior de New Japan Pro Wrestling, un periodo de descanso, excepción hecha con El Desperado, para quien dicha temporada fue caótica y muy agitada.
► Un verano de ensueño
El Desperado tuvo una serie de presentaciones especiales en varias empresas; esta intensa actividad concluyó en el magno evento en Estados Unidos, el All Star Jr. Festival, que tuvo lugar en Filadelfia.
Entrevistado para la página web de NJPW, el enmascarado luchador hablo sobre esta apretada agenda:
He estado tan ocupado que realmente no puedo recordar mucho. Puedo recordar a mis oponentes, pero he estado en tantos lugares que las fechas y las ciudades están todas fusionadas.
– Sobre hacer equipo con Jun Kasai el 4 de julio en el Korakuen Hall
Fue emocionante, simple y llanamente. Quería una ronda más con Moxley, y cuando dijo que traería un compañero, y ese compañero era Homicide, supe que necesitaba a alguien especial: tenía que ser Kasai.
Solo había una elección correcta. Hay otros tipos que hacen luchas death como Takeda o Takashi Sasaki, pero Kasai era el único que tenía sentido para mí, y cuando se hizo realidad, fue un verdadero momento para sentirme bien.
– Sobre el resultado de ese combate:
Fue un combate excelente, y preparó esa batalla memorable con Jon Moxley la noche siguiente. Eso fue duro, pero muy divertido. Sasaki me dijo que «los combates a muerte no están hechos para realizarse dos noches seguidas». Definitivamente fue algo. Me dolió muchísimo despertar.
Tuve fiebre, porque mi cuerpo estaba trabajando para sanar todas esas heridas. Así que no quería moverme en absoluto, pero al llegar a la segunda noche sabía que no habría otra situación como ésta, en la que pudiera luchar contra Mox uno a uno.
– Sobre la lucha en el TOS de GCW en Triple amenaza:
Esa lucha contra Matt Tremont y Wayne Murdoch fue brutal; terminé con la máscara rota. Era la primera vez que usaba tubos de luz. Tubos de luz, tableros de vidrio… realmente son cosas que no deben tomarse a la ligera. Son súper peligrosos y duelen muchísimo. La primera vez que los comí, los tenía en mis manos y eran para Tremont; en cierto modo me salieron por la culata.