En enero de este año recogimos un interesante reporte vía Fightful, a través del cual quedaba bastante claro que la cercanía con sus Superestrellas no es algo por lo que precisamente se caracteriza Vince McMahon.
Partiendo del abrupto despido de Zelina Vega en noviembre de 2020, cuando salió a la luz que fue escoltada hasta la puerta del Amway Center ante la negativa de Vince de hablar con ella, Sean Ross Sapp reveló que en general los luchadores lo tenían más difícil que nunca para lograr audiencia con esta suerte de Papa de Roma que dirige WWE. Distancia entre jefe y empleados (o contratistas independientes, para ser exactos) que poco gustaba en los vestidores.
Y tal situación parece haberse agravado desde que supimos esta pasada primavera que el mandamás comienza a delegar, en especial a través de Nick Khan y sus habituales hombres de confianza. De hecho, Fightful no reportó la presencia de Vince en la reunión que decidió los últimos recortes de personal.
► El mejor avalista posible
Aunque en contraste, ahora nos llegan unas declaraciones de Drew McIntyre a Wrestling Inside The Ropes en las que da a entender que parte del fracaso de algunas Superestrellas en WWE se debe a su poca presteza por estrechar lazos con el jefe del cotarro.
«Mi relación con Vince McMahon es buena. Si tengo una pregunta o una preocupación, voy directamente a él y aconsejo a otras Superestrellas que hagan exactamente lo mismo. Cuando era más joven, me intimidaba mucho por su presencia y me aterrorizaba la idea de llamar a su puerta y hablar con él. Pero te haces un poco más mayor, tienes una mente más centrada en los negocios, y te das cuenta que dirige la compañía y tienes que crear una relación. Necesitas ese intercambio, porque no sólo va a ayudarte a ti, va a ayudar en general a la compañía. Ahí es donde estamos ahora mismo […]»
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