Descanse en paz Manuel Juárez «Lobo Potosino», luchador, promotor y periodista

Alrededor de las 13 horas del jueves 30 de noviembre de 2017, en su natal ciudad de San Luis Potosí, pasó a mejor vida Manuel Antonio Juárez de la Rosa, “El Lobo Potosino”, a los 67 años de edad, víctima de la cruel enfermedad de la diabetes.

Fue un hombre muy activo, polifacético y muy apreciado dentro del medio luchístico.

Se inició en la lucha libre a finales de la década de los sesentas, allá en su tierra, y a inicios de los setentas se vino a radicar a la Ciudad de México, uniéndose a las filas de la agrupación que por aquellos entonces comandaba El Matemático con sede en el deportivo López Velarde del barrio de Tepito, y a la que se le conocía de manera trivial como “Los Matatenos”.

Manuel Juárez usó los nombres de El Maniático y el de Lobo Potosino, para después convertirse en 1975, en el número II de aquella trinca de rudos Los Soberbios.

Durante su trayectoria luchó en casi la totalidad de la república mexicana.

Arena «La Afición», de Iguala, Guerrero. 28 de octubre de 1973.

Al poco tiempo de su ingreso con los matatenos, alternó su actividad de luchador con la de fotógrafo, y en los vestidores tomaba fotos de sus compañeros y se las vendía.

El Centinela (1972) / Foto de Manuel Juárez.

Otra de sus facetas en las que se empleó fue la de periodista de lucha libre, iniciándose en la revista Box y Lucha con una columna llamada “Los Aullidos del Lobo”. También estuvo muchos años en la extinta revista Arena de Box y Lucha, en donde tuvo su columna “Periferia” y donde también cubría ocasionalmente las funciones de la Arena México y de otros varios locales y también publicaba reportajes de los luchadores.

En 1983, junto con otro periodista luchístico, fallecido hace varios años, el señor Gilberto Gallo Palestina “Mr. Gallo”, y apoyados por el entonces Secretario General de la Asociación Nacional de Luchadores, el ex luchador, señor Juan Alanís, fundaron una singular revista que bautizaron como Mr. Gallo. Lucha Libre sin Límite, la cual se editaba y circulaba de manera “clandestina” por así decirlo, ya que no era distribuida por la Unión de Voceadores, sino que ellos les entregaban algunos ejemplares directamente a algunos puestos de periódicos a cuyos propietarios o dependientes lograban convencer para que allí fuese vendida. También la revista era expendida en varias de las arenas de donde publicaban sus reseñas. De esta revista apenas se lograron tirar unas tres docenas de ediciones quincenales.

Enero de 1983.

Esta revista era elaborada de manera muy artesanal, pues no recurrían como las demás a grandes talleres de impresión, sino que era formada en casa con fotocopiado y maquetada mediante técnicas de diseño aprendidas en la Editorial Patria, en donde laboró el Lobito algunos años.

A inicios de los ochentas asumió una actividad más, la de promotor de luchas, y casi una década estuvo efectuando funciones en muchas plazas, entre las que se recuerdan la de la Arena San Juan Pantitlán, el salón de actos de Ticomán, el Auditorio Morelos, de Cuajimalpa; el Lienzo Charro de La Viga, el Parque Deportivo “Venustiano Carranza” y la vieja Arena Apatlaco. También hizo muchas funciones en el Centro Social 1, de Valle de Aragón, a unos cuantos pasos de donde hoy se encuentra el gimnasio del Rey Bucanero. Asimismo, llevó funciones a Chimalhuacán, a San Miguel Xalostoc, etc.

Sus promociones abarcaron también varias poblaciones del interior, como las arenas Zapata y América, en Cuautla, Morelos; Izucar de Matamoros, en el estado de Puebla; En Tepeji del Río y en Tula de Allende, ambas poblaciones del estado de Hidalgo; así como también en algunas arenas de la ciudad de Oaxaca y muchas otras plazas más.

En algunas de sus programaciones con el fin de “economizar” en la publicidad de sus funciones, él mismo elaboraba en casa los programas de mano y los murales aprovechando sus conocimientos y técnicas de fotografía y diseño. Recortaba, pegaba y fotocopiaba para después darse a la tarea de fijarlos en las bardas y otros lugares que consideraba estratégicos para dar difusión a sus eventos.

Adquiría a veces rings de segunda mano y los renovaba y dejaba listos para ocuparlos en las funciones, siendo él mismo la mayoría de las ocasiones el que los montaba y desmontaba.

A principios de los noventas, Manuel Juárez desapareció súbitamente del panorama de la lucha libre, sabiéndose poco después que se había regresado a San Luis Potosí llevándose a su esposa e hijos con el fin de radicar de manera definitiva en aquella ciudad, en donde se dedicó a administrar algunos departamentos propiedad de su familia y a manejar un taxi.

Diciembre de 1975: Brindis navideño en las oficinas del licenciado Gordoa, promotor de la Arena Azteca, de Tulyehualco. La oficina estaba en el tercer piso de Artículo 123 #149. En el mismo edificio, sólo que en el segundo piso, se encontraba la recién formada empresa Promociones Mora. En la foto, de izquiera a derecha: Jimmy Cuevas, Odiseo, Manuel Juárez «Lobo Potosino», el licenciado Gordoa, Ricardo Vega (director de la revista K.O., que circuló 36 años ininterrumpidos), el luchador y profesor Máscara de Hierro y Al Galicia.

Quien fungió como su brazo derecho en el renglón de la promoción, su compañero luchador y amigo Arimán o El Horoscopo II, fue el que estuvo acompañándolo casi en los últimos momentos de la existencia de este excepcional Lobito, y quiene tuvo la ingrata tarea de dar a conocer su triste fallecimiento.

Muchas, muchas cosas más quedan en el tintero sobre este singular personaje y muy estimado amigo al que por ahora solo le decimos: Descanse en Paz.

LA LUCHA SIGUE...
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