Tras la pelea de Gradovich contra Velez (que terminó en un empate que se antojaba más para victoria de Gradovich), llegó el momento estelar de la noche en Omaha, Nebraska. El local y campeón Terence Crawford se enfrentó al mexicano Raymundo Beltrán.
Luego de quitarle el invicto a Yuriorkis Gamboa, Crawford volvió a presentarse en su casa para pelear ante su gente.
Beltrán llegó de vencer a Arash Usmanee el 4 de abril pasado y busca ser campeón de una vez, a la espera de que esta vez, la oportunidad se le dé. Además, Beltrán cumplió su promesa de representar a los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, pues en su short llevó el número 43, e medio de dos moños negros (aún cuando el estado mexicano no es capaz de determinar si están vivos o muertos).
Round uno, el típico de estudio se hizo presente en la pelea de Crawford y Beltrán. Hubo un par de golpes interesantes que soltó Beltrán y fue todo. La movilidad de Crawford fue muy buena y la intensidad estaba a la expectativa, su presencia se veía inminente.
Crawford sabe pelear hacia atrás, así que no presentó demasiados problemas cuando Beltrán presionó al frente. Si bien Beltrán mandó buenos golpes (una derecha en el tercer round que le entró de lleno al de Nebraska), no le fue posible imponer su poder ante la movilidad de Crawford, que estaba cauteloso y lanzando lo mínimo, pero efectivo.
La pelea fue estratégica. Crawford usó inteligentemente el largo de su brazos para repelar a Beltrán. Beltrán estaba al contragolpe para encontrar un hueco en la guardia de Terence, pero también para no caer en su ataque. Tal vez el error de Beltrán radicó en la frecuencia con que lanzó sus golpes, pues si hubiera lanzado los puños un poco más, habría cambiado el ritmo de la pelea.
De a poco, Beltrán creció en la pelea. No lo suficiente como para remontar pero sí de tal modo que le subió el nivel de dificultad a Crawford. Lanzó más golpes y dribló un parde impactos que parecían fuertes y pudo colocarse mejor en el ring. Aunque Terence llevó al combate un gran trabajode piernas, para ser un blanco difícil.
El noveno round habrá sido el mejor de Beltrán, donde aplicó un par de manos en el centro de la cara del estadounidense que le sacudieron la cabeza. Si así hubiera hecho la pelea desde el principio otra hubiera sido la historia de este combate.
El décimo round cerró enmarcado por los gritos de los asistentes puesto que el intercambio se pudo intenso en esa parte de la pelea. Muy buen entronque de golpe por golpe donde ambos demostraron en poder de sus quijadas.
Para el final del combate, no cambió mucho la tónica del combate mas subió el tono de los gritos de las personas que se congregaron a ver a su coterráneo defender una vez más su campeonato.
Las tarjetas solo oficializaron lo que se vio a lo largo del combate. Crawford refrendó su título ligero, pero con una sorpresa: Crawford contra Beltrán fue la última pelea del estadounidense como peso ligero debido a las dificultad que le presenta llegar a las 135 libras.