Por Gladys Trujillo
Menos plática y más acción fue la consigna implícita en el actuar de «Canelo» Álvarez para enfrentar a Erislandy Lara. Y es que para Saúl, que es de pocas palabras, se el da mejor el golpeo. Lara es más de palabras y para eso hay que poner las acciones a la alltura de lo que se dice.
Entonces, la estrategia de Lara fue similar a su actuar fuera del ring: correr tan rápido como sus palabras en las conferencias previas al combate. Claro, buena estrategia para evitar el golpeo al cuerpo de » Canelo» Álvarez que no son poca cosa y más si se trata de imitar el estilo de Mayweather, que con poco golpeo y mucha velocidad ha mantenido el invicto. Sin embargo, por alguna razón que solo Lara sabe, los golpes no salían de sus puños con tan buena frecuencia como se esperaba. Y se esperaba mucho por lo dicho por el mismo Lara.
Durante algunas acciones, Lara hizo ver mal a «Canelo» porque con la velocidad de piernas, el cubano hizo abanicar algunas veces al tapatío. Sin embargo, conforme pasó el combate se le acabó el impulso y quedó a merced del golpeo de «Canelo».
Fue entonces cuando «Canelo» Álvarez comenzó a soltar las manos en el cuerpo de Lara, en su mayor parte, aunque el golpeo arriba dejó daño en la ceja derecha del cubano. De a poco a Erislandy se le fue acabando el poder en las piernas y debió enfrentarse de lleno al intercambio de golpes con Saúl.
En el noveno round, Lara cayó producto de un resbalón.
De ahí en más, fue una copia de los últimos 5 o 6 rounds, dominio del mexicano.
Los jueces determinaron que la pelea estaba dividida: 115-113 para «Canelo» Álvarez. 115-113 para Lara. 117-111 fue la tarjeta que definió el triunfo del tapatío sobre el cubano.