The Ultimate Warrior, la gran leyenda de la lucha libre y figura de WWF, tuvo muchas polémicas y muchos enemigos a lo largo de su vida, así como gente a la que simplemente no le gustaba. Y el más reciente que se ha revelado en la lista de detractores del Guerrero es el poco recordado Barry Horowitz, quien durante 1987 y 1990 y desde 1991 hasta 1995 luchó para la WWF como encargado de hacer lucir bien a los talentos.
En una reciente entrevista para el podcast Such Good Shoot, Horowitz dijo que «el estilo teatral de Warrior» no le hubiera permitido triunfar en Japón, y en Estados Unidos, su obstáculo hubiera sido «su falta de habilidades en el ring» si empezara su carrera como Warrior a día de hoy.
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► ¿Hubiera triunfado el Ultimate Warrior en la lucha libre moderna?
«Así que… mi sueño siempre fue ser luchador profesional. Solo que no todo el mundo puede ser de primera clase, un luchador de categoría, y algunos de los estelares realmente nunca debieron serlo. Pero así funciona la política en el negocio. *Tosiendo*, Sí… Warrior.
«Sí, gente que corre hacia el ring y sacuden la cuerda superior, usan pintura facial y no distinguen un reloj de pulsera con un bloqueo de muñeca. Sí, exacto. En el mundo de hoy, no estaría en el gusto del público en lo absoluto. En Japón, los promotores lo hubieran enviado de regreso a casa esa misma noche.
«Creo que lo que WWE vio en mí fue que era un tipo que no les iba a hacer pasar un mal rato. No es que no me importe una mie*** la actitud. Soy un profesional y los verdaderos profesionales profesionales entienden la naturaleza del entretenimiento deportivo.
«Por eso nunca tuve problemas con perder casi todas mis luchas. Si algún luchador no lo entiende así, necesita firmar con UFC y que le pateen y le estiren el trasero en unos 10 segundos, preferiblemente a manos de Brock Lesnar«.
