Una de las cosas que se hacen rutinarias para las Superestrellas WWE entre ciudad y ciudad, país y país, es hospedarse en hoteles para pasar la noche en la localidad de turno. Y como todo amante de lo paranormal ha de saber, estos son, por lejos, de los lugares donde se concentra la mayor cantidad de actividad inexplicable.
Si eres un talento en la compañía de los McMahon, entonces lo más probable es que hayas experimentado una situación aterrorizante. De hecho, se ha sacado provecho de estos sucesos frecuentes en una serie de videos que el canal de WWE publicó alrededor de Halloween, donde gladiadores de Raw y SmackDown contaron sus historias personales:
Para este año 2018, en cambio, se fue más allá. Y Baron Corbin, Gerente General interino del show rojo, acordó hacer un pequeño paseo por una de las casas abandonadas más viejas de Florida. Acompañado por una guía conocedora del hogar, Corbin se adentró apenas bajó la noche y, si no hubo actuación de por medio, entonces se filmó un contacto sobrenatural para poner a los pelos de punta.
Antes de ingresar y empezar el recorrido, la guía le indicó cómo turistas que visitaron la morada le aseguraron en más de una ocasión cuan generosa era «la mujer que atendía», cuando en verdad los propietarios de la dicha fallecieron hacía décadas atrás. La especialista confesó que se tornó en algo tan habitual que «les sonríe en son de afirmación (a los turistas) para no asustarlos».
Aparentemente, el hombre que cuidaba la «casa farol» murió en 1859. Los datos se dieron un poco desordenados, pero también se reveló que hubo varios accidentes y que sus tres hijas perdieron la vida a manos de terceros 1873. Maria Andrew, la esposa, «la mujer que atiende», se encargó del sitio hasta que pasó a mejor vida.
Escépticos o no, aquí les dejamos la «evidencia». Se titula Baron Corbin es aterrizado por los fantasmas de la casa del farol de Florida y es el primero de varios que el ex Señor Dinero en el Banco realizará de ahora en adelante por lugares embrujados alrededor del mundo.
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Durante el episodio, llevan un aparato electrónico que, al ponerse de color, indica la presencia de ondas extrañas. Así, Corbin y su compañera proceden a hacer preguntas a los fenómenos. Ante la primera señal de otra presencia, el gigante suelta el primer grito. Pero la peor parte se la lleva cuando, ya en otra habitación, pide a los entes que lo toquen. Y, presuntamente, así sucedió.
«No estuvo bueno en lo más mínimo», dijo Corbin al levantarse de la silla después de haber sentido cierto contacto en su cuello y las mejillas. «Fue una sensación muy, muy extraña (…) Sentí como si no pudiera tragar por un instante, como si mi mejilla me fuera extraída por un momento».