Para conocer la esencia del boxeo femenil en México, habría que ver de cerca el boxeo de Anabel «Avispa» Ortiz. Ligera, veloz contundente, con buenos movimientos defensivos y mucha energía para pelear los rounds que sean necesarios para ganar.
Ortiz enfrentó a Debora Rengifo, una boxeadora que le aguantó todo lo que le mandó. Por ímpetu y buena forma no podemos quejarnos de lo que hizo Rengifo porque fue muy incisiva y le complicó la pelea a la «Avispa» en varios rounds.
Con lo mostrado, la colombiana mostró que no vino a México a perder, sin embargo, Ortiz le tenía otros planes porque ella tampoco estaba dispuesta a dejar su cinturón de peso paja de la Asociación Mundial de Boxeo.
Así que fue una pelea muy frontal, de choques accidentales de cabeza y un poco ríspida por la energía de las dos peleadoras.
Hubo una caída que pareció más una plancha de lucha libre, un golpe bajo de la «Avispa» a Rengifo y algunos cabezazos no intencionales que no pasaron a mayores. Lo único que sí estuvo fuera de lugar fue un golpe que Rengifo le soltó a la cara a Ortiz una vez terminado el round, pero eso sólo provocó que la «Avispa» saliera más furiosa al siguiente round y le cayeran los golpes como lluvia.
Ortiz supo que en corto dañaba más a Rengifo pero que así se exponía más, por lo que utilizó movimientos defensivos para abrir la guardia de la colombiana para luego dejarla con las manos abajo y poder conectarla.
Conforme pasó la pelea Rengifo aguantó pero dejó de ser precisa en su golpeo por lo que la «Avispa» se le impuso de manera clara y contundente. No noqueó porque su rival fue muy fuerte, pero Ortiz hizo una buena pelea ante una rival correosa, inquieta e incómoda.
Las tarjetas favorecieron unánimemente a la de México, quien salió avante de su octava defensa titular.