Análisis de UFC 190: Ronda Rousey imbatible en una noche donde resucitó Pride FC

Muchos detalles tuvo UFC 190 que lo hicieron distinto al producto normal de la compañía que dirige Dana White. El principal es que éste, el primer PPV que estelarizaba Ronda Rousey más allá de las fronteras estadounidenses, fue respaldado con muchas leyendas de las MMA brasileñas, lo cual le dio una temática que iba más allá de los locales contra los foráneos. Parecía toda una noche de Pride FC, y en cierta forma, fue interesante.

“IT’S BEEN A PRIDE’s DAYS CARD!”

Hard Day's Night

Quizá lo peor del evento fue que tuvieron que meter con calzador las finales del Ultimate Fighter Brasil, que originalmente iban a llevarse a cabo en Florida, en el UFC Fight Night: Machida vs. Romero, el pasado 27 de junio, pero problemas con las visas de trabajo hicieron que se reacomodarán aquí, alargando el evento más de lo esperado. Sin embargo, la temática de Pride llevó la batuta en este PPV.

A principios de este siglo la UFC era prácticamente algo caducado. Entre quienes intercambiamos cintas en VHS (el YouTube de tiempos remotos) circulaban principalmente eventos de WWE y Pride FC.

Pride era en aquellos días el maridaje perfecto entre la lucha y las MMA, todo un espectáculo grandilocuente, con rimbombantes entradas, con personajes para los peleadores (Rampage Jackson era un bravucón callejero del Bronx, o algo así), con pesos súper completos enfrentándose a pesos welter… Y, sobre todo, con los mejores practicantes de MMA del mundo: Anderson Silva, Shogun Rua, Minotauro Nogueira, su gemelo Minotouro Nogueira, Fabricio Werdum, Fedor Emelianenko, Wanderlei Silva, Dan Henderson, Mirco Crocop, etcétera.

http://imgur.com/NROUBIT

UFC buscaba en esos días presentar un show espectacular, pero en las arenas para 2000 personas en las que se presentaban, y con el énfasis en pesos grandes, no llamaban la atención demasiado.

http://imgur.com/qXQJ7gU

UFC pudo llegar viva al siglo XXI gracias a las grandes peleas de los días de Frank Shamrock, aún cuando casi habían perdido la cobertura de PPVs. Para principos de la década pasada, si el VHS de UFC propuesto para el intercambio no era un evento con Tito Ortiz o Chuck Lidell, “no gracias, paso. ¿No tendrás algo de WCW?”.

Tras haber sido comprada por los Fertitta, UFC no se fue a la quiebra gracias a varios sucesos en escalinata:

  • 2005: La primera temporada de The Ultimate Fighter.
  • 2007: Incorporación de los peleadores de Pride FC después de haber comprado la compañía.
  • 2008: La llegada de Brock Lesnar.
  • 2010: Incorporación de los peleadores de WEC, empresa que mantenían como un ente separado a pesar de haberla comprado en 2006.

UFC decidió alejarse de la etiqueta de deporte espectáculo (aunque sea un deporte espectáculo, como todos los deportes profesionales), y dejaron de mostrarse como alternativa a la lucha libre, optando por ser la alternativa al boxeo.

Pero volviendo a UFC 190, el evento fue más luchístico que nada. Curiosamente, en un día donde Dana White entró en polémica al decir, refiriéndose al WWE Network, que “la mier*** falsa debe costar 9.99 dólares”.

White no necesitaba perder la cabeza así, pues las críticas en su contra por decir eso continuarán por mucho tiempo. Sobra decir que hasta UFC sale dañada con su comentario si tomamos en cuenta que el UFC Network en Latinoamérica (que incluye todos los PPVs y Fight Nights entre mucho otro contenido), cuesta menos de 9.99.

He aquí un recibo reciente, que al tipo de cambio actual da la cantidad de 9.64 dólares:UFC Network

Digámosle eso a White:

Y después de esa polémica, la noche de Pride en UFC, donde demasiados veteranos mostraron sólo una fracción del poder que tenían en sus mejores años.

El australiano Soa Palelei, quien peleó en Pride FC en 2004, no fue capaz de noquear a un lento Bigfoot Silva, quien a la postre terminó venciéndolo. Lo cierto es que ninguno de los dos tiene ya el nivel para ser retador al título.

El gigante holandés Stefan Struve se mostró excesivamente respetuoso con Antônio Rodrigo “Minotauro” Nogueira, toda una leyenda, ciertamente, pero para quien los años no han pasado en balde. La última vez que Nogueira se vio con ganas de ser contendiente al título fue cuando peleó con Fabricio Werdum en junio de 2013. Aquella vez, Werdum se cobró su revancha y se enfiló al trono. El encuentro de ayer fue más luchístico que nada. Fue como si El Patrón Alberto enfrentará a su tío Mil Máscaras. De hecho, Nogueira pudo haberse lanzado sobre Struve en plancha. “Es un honor recibir su plancha, maestro Nogueira”, habría dicho Struve. De cualquier forma, el excesivo respeto de Struve se respeta. Pero Nogueira debe decir adiós.

Se vio en mejor forma su gemelo, Minotouro Nogueira, quien diez años después de Pride Critical Countdown, iba por la revancha contra Shogun Rua, pero aunque diez años no son nada, para un peleador es una eternidad. Era obvio que no veríamos la misma intensidad de su primer duelo…

http://imgur.com/SlJYMYb

Y aunque hicieron lo mejor que pudieron, el combate fue más emotivo que bueno. Ganó Shogun Rua por decisión, a pesar de que Nogueira fue mejor. No fue robo en despoblado, pero Nogueira debió haberse llevado la victoria.

Tras las tres batallas de veteranos, uno quedaba con la sensación de haber visto Bellator. ¿Qué seguía? ¿Ken Shamrock vs. Kimbo Slice II? ¿Bob Sapp vs. Butterbeam?

La noche de Pride, la noche de World Fighting Entertainment, cerró con la imbatible Ronda Rousey. Quienes nos reunimos para ver el evento, apostamos por esta pelea, pero no por Bethe Correia, quien es, por mucho, la rival menos meritoria que ha tenido Ronda Rousey (ganarle a las Minions de Rousey no es ningún mérito), sino por adivinar en cuántos segundos terminaría el combate.

Hubo empate entre quienes dijeron 45 segundos, el tiempo más aproximado a los 34 que duró: Darkangelita y Enrique Romero. Yo me fui por 55 pensando que Rousey cumpliría su promesa y le daría una golpiza antes de finalizarla, pero se le pasó la mano (quizás si hubiera refereado Herb Dean hubiera permitido un rato más de golpes). Carlos Acosta se fue más allá, pronosticando cuatro minutos, pues esperaba lo mismo, que Rousey dejara irreconocible a Correia.

«¡¡Muereeee…!!»

Y Rousey continuará invicta por los siglos de los siglos, y aunque sea la principal figura de UFC, la compañía necesita crear más estrellas. Los grandes de casa, como Georges St-Pierre, BJ Penn y Chuck Lidell ya no están. Las camadas de Pride y de WEC ya están a punto del retiro. Y UFC no se deshace de los veteranos porque sabe que de inmediato serían contratados por Bellator.

Cierto es que Chris Weidman, Demetrius Johnson, TJ Dillashaw y Daniel Cormier son excelentes, pero están lejos de ser estrellas taquilleras. Jon Jones lo es, pero es difícil saber si cuando regrese tendrá el mismo impacto o si el daño a su carrera ha sido permanente. La gran esperanza de Dana White es Conor McGregor, pero en su pelea con Chad Mendes demostró lo limitado que es en realidad.

Fue buena la noche de Pride en UFC, pero esperemos que sea la última.

LA LUCHA SIGUE...
Suscríbete para recibir un resumen diario de las últimas noticias.
icon