Ronda Rousey está en una cuesta hacia abajo ahora mismo en WWE pero en SÚPER LUCHAS tenemos cuatro ideas para que vuelva a la cima. Para contextualizar, la Rowdy está rivalizando con Shayna Baszler después de que esta la traicionara, provocando que perdieran el Campeonato Femenil de Parejas. Pero no se trata tanto de la historia actual que está contando sino de cómo en los últimos años ha ido perdiendo el aura de megaestrella, de los motivos que lo han provocado, y de cómo volver a ser quien es.
► Una atracción especial
Ronda Rousey es una estrella del deporte, ella cambió las MMA femeniles, Dana White ni siquiera las quería en UFC, así como también una celebridad pues ha alcanzado mucho más que la jaula o las cuerdas ahora. También ha hecho cine, a destacar sus papeles en Fast & Furious 7 y Milla 22. Necesitaríamos un artículo aparte para hablar de quién es la Rowdy. Pero basta con únicamente su nombre, tan grande es. Ha alcanzado un estatus que tanto propios como extraños la reconocen solo con dos palabras.
Y de la misma manera era una atracción especial cuando se inició en WWE, cuando hizo pareja con Kurt Angle contra Triple H y Stephanie McMahon en WrestleMania 34 o cuando derrotó a Alexa Bliss para ganar el extinto Campeonato Femenil de Raw en SummerSlam 2018. Sin embargo, como ha ocurrido siempre a lo largo de la historia, esa reputación se ha ido disolviendo a medida que los fanáticos se han acostumbrado a ella. Pasará con Logan Paul y con Bad Bunny. Pero tiene que recuperar ese atractivo.
Tiene que volver a ser una atracción especial, porque Ronda Rousey no es tan buena ni tiene el carisma como para fascinar constantemente, como para renovarse cada cierto tiempo y seguir estando arriba. No, ella tiene su nombre y hay que volver a darle valor. ¿Cómo? Reduciendo sus apariciones, dejándola para Premium Live Events importantes (WrestleMania, SummerSlam, Arabia Saudí…), con un contrato como el de Brock Lesnar. Y esa era la inteción de WWE en 2022.
► Un o una mánager
Podemos continuar con The Beast Incarnate para señalar que, como en su caso con Paul Heyman, Ronda Rousey necesita alguien que la represente. Ella no sabe, o no tan bien como debería para quien es, utilizar el micrófono, sus promos no están a la altura de una gran estrella de WWE, y tampoco tiene una personalidad magnética. Es casi sorprendente que cinco años después la compañía la siga llevando por ese camino cuando ha quedado demostrado que no tiene la capacidad.
Sabemos que Saraya intentó ser la mánager de la Rowdy y que la idea fue rechazada. Es una lástima porque esa alianza podría haber sido explosiva, habida cuenta además de que hubiera supuesto el regreso de la Anti-Diva a la televisión. Ahora es imposible que sea ella porque trabaja en AEW, pero pensemos en Stephanie McMahon o en Vickie Guerrero. Imaginemos a cualquiera de las dos, aunque ambas son muy distintas, representando a Ronda Rousey. ¿Acaso no sería impresionante?
► Desafíos abiertos semanales
Los fanáticos ya no disfrutan de Ronda Rousey. ¿Por qué iban a hacerlo? El aura de megaestrella ha decaído, no es una gran luchadora, mucho menos oradora… La luchadora, y WWE, debe encontrar una forma en volver a resultar atractiva para el público, en especial si no hacen caso del primer punto de los consejos de SÚPER LUCHAS y la que fuera Campeona Raw, Campeona SmackDown y Campeona de Parejas sigue apareciendo con regularidad, por épocas, en la programación.
Una forma sería que lanzara semana tras semana desafíos abiertos para que cualquier mujer del elenco intentara derrotarla, poniendo en juego una especie de récord invicto que ella iría construyendo poco a poco hasta convertirse en una verdadera historia, como un título propio de la Rowdy.
Aquí podemos incluir múltiples elementos: que la judoka olímpica avisase de que más a ser más brutal que nunca con sus oponentes, que no solo aparecieran rostros habituales de la televisión para enfrentarla sino también luchadoras con menos presencia como Aliyah o Xia Li, que esos fueran combates de más de tres minutos verdaderamente buenos en los que ambas guerreras pudieran mostrar su talento, que sirvieran para probar a NXT Superstars, que provocaran también la vuelta de nombres históricos…
► NXT
Dado que no tenemos ninguna información que indique que en WWE están valorando alguna de estas opciones podemos decir que todas son improbables, pero entre ellas esta es la número uno: Ronda Rousey siendo enviada a NXT. ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Para qué? Vamos con ello.
Para empezar, sería algo completamente nuevo, refrescante, revitalizador en potencia, para la Rowdy. Ya ha hecho de todo en el elenco principal, ha luchado con todas, ha ganado todos los títulos, dejando a un lado la reciente creación del Campeonato Femenil WWE y el Campeonato Mundial Femenil, necesita nuevas historias, nuevas rivalidades, nuevas oponentes. Y justamente no ha trabajado con ninguna de las gladiadoras del territorio de desarrollo.
Para continuar, es un territorio de desarrollo, por lo que quizá Rousey no tendría que estar tan enfocada en ser una estrella, en viajar de una ciudad a otra para programas, eventos locales y premium sino que seguir mejorando con los entrenadores del Centro de Rendimiento.
Y para terminar, y este punto sí que va acorde con uno de los planes actuales de WWE, eso ayudaría mucho a la marca amarilla. Baron Corbin, Mustafa Ali o Dana Broooke están en estos momentos en el programa de los martes para darle un impulso a los ratings. Como lo hicieron AJ Styles, Dolph Ziggler o Natalya antes. Pero ninguno de ellos, al menos fuera de la compañía, tiene el nombre de Ronda Rousey. ¿Qué tan grande sería Ronda Rousey fuera una pieza habitual y fundamental de NXT?