Will Ospreay: ¿Por qué no el mejor de la historia?

Dave Meltzer y su influencia en la comunidad luchística de internet se hace cada viernes muy patente, cuando los suscriptores al Wrestling Observer Newsletter recibimos nueva entrega de este particular boletín. Y por encima de ser siempre una disfrutable pieza periodística, su popularidad descansa en las puntuaciones que Meltzer concede a los principales combates de los últimos siete días. 

Esta semana, 41 años después del primer WON, hemos asistido a un acontecimiento que podría considerarse histórico. Analizando AEWxNJPW: Forbidden Door 2023, Meltzer valora con 6 estrellas la lucha que conjuntaron Kenny Omega y Will Ospreay por el Campeonato de Peso Completo de los Estados Unidos IWGP. 

Aquel Tiger Driver ’91 que Ospreay aplicó sobre Omega durante el duelo parece predijo el logro hoy comentado aquí en SUPERLUCHAS: «The Assassin» es ya el luchador que posee mayor cantidad de encuentros «5 Star» (o por encima de tal puntuación), superando a una figura de la talla de Mitsuharu Misawa

Y más allá de la subjetividad de un periodista, ¿quién puede negar la calidad de Ospreay y su candidatura a, cuanto menos, mejor luchador de las últimas décadas? 

Pues con todo, Ospreay todavía no se encuentra tan en boga como merece, para gran cantidad de seguidores y analistas, ni siquiera situándolo en la cima de los listados de lo mejor del año. Observen, por ejemplo, su actual «rating» en Cagematch: 9.13. Cifra sobresaliente, si bien inferior a la de otros nombres no sólo del pasado, sino también coetáneos. 

Seguidamente, intentaré dilucidar el motivo de esta curiosa situación, exponiendo cinco razones

Will Ospreay en Forbidden Door 2023 AEW
© All Elite Wrestling

 

► William Peter Charles Ospreay

A priori tema baladí, la simpatía que despierta la persona detrás del personaje es clave en su consideración. Ospreay, hasta hace relativamente poco tiempo, mostraba unas maneras un tanto pueriles en redes sociales, encontrando la horma de su zapato cuando tuvo aquel comentado intercambio tuitero con Seth Rollins; que, finalmente, hizo lucir peor a «The Visionary». 

Asimismo, Ospreay se ha rodeado de ciertos talentos de dudosa reputación, caso de Ryan Smile, contrastado homófobo y presunto pederasta, con el que fundó una promotora denominada Lucha Forever, que apenas duró un año y cerró sin pagar debidamente a importante cantidad de talentos implicados en sus shows. O caso de Paul Robinson, cuyo nombre apareció en el movimiento #SpeakingOut, aunque hoy parece que la sombra de la duda ya no luce tan alargada.

Y sobre todo, la imagen de Ospreay no ha sido la misma desde que se probó su veto hacia Pollyanna, luego de que esta acusara a Scott Wainwright, amigo de «The Assassin», de agredirla sexualmente. En respuesta, Ospreay hizo todo lo posible por degradar la imagen de la gladiadora e impedir que las promotoras británicas la incluyeran en sus shows. Ospreay reconoció su culpabilidad, asegurando que aquello supuso un acicate para cambiar como persona. 

► 30 años no son nada

Will Ospreay

Ospreay ha conseguido 26 combates de 5 estrellas (o más) apenas dos meses después de cumplir 30 primaveras. Una edad a la que ningún luchador puede decirse estar en su apogeo, ya que precisamente de aquí en adelante la madurez competitiva adquirida debería permitirle dejar sus mejores actuaciones. 

Otorgar ya a Ospreay la consideración de «GOAT» luce un tanto precipitado. Más que por carecer de avales en forma de combates, por lo nocivo que esto resultaría para su trayectoria, porque, aunque parezca imposible, Ospreay tiene todavía margen de crecimiento. «Calling out for an evolution» escribe It Lives, It Breath en uno de los versos del antiguo tema de entrada de Ospreay, Elevated (rescatado para la ocasión durante el reciente Forbidden Door). ¿Cuál es el techo de Ospreay? 

► Ensombrecido por coetáneos

Cual complemento de lo escrito en el anterior punto, su juventud lo hace poseedor de un palmarés por ahora insuficiente para elevarse por encima de ciertos competidores. Ospreay ha ganado los títulos más importantes de la escena de UK, pero bajo los focos de NJPW tiene pendiente una ostentación longeva del máximo cetro, ya que su única duró 46 días, al caer lesionado. 

Dicha victoria sobre Omega en Forbidden Door podría ser un punto de inflexión muy necesario. Las comparaciones con «The Best Bout Machine» se antojan odiosas. O con su particular bestia negra, Kazuchika Okada, quien protagonizó el mejor reinado de la historia. Omega, además, cuenta con el extra de su trayectoria en AEW, que le ha servido para consolidarse y ganar mediaticidad.

Ospreay pretende establecerse en Japón e ir más allá de ser el «gaijin» con mayúsculas de NJPW. Su gran legado, entonces, parece se ceñirá al «King of Sports», por lo que el recurso de una vía estadounidense «mainstream» queda de momento descartada como opción para escribir su nombre en letras de oro

► Europeo a su pesar

Will Ospreay

Seamos sinceros. Si Ospreay fuese neoyorquino, seguramente gozaría de mayor consideración. Lo vemos cada día en cualquier ámbito artístico. El lugar de nacimiento importa, y nacer en la América anglosajona ayuda bastante.  Asimismo, nacer en Japón otorga ipso facto a cualquier talento un aura insondable de prestigio. No sucede lo mismo con Inglaterra, y por extensión, con Europa.

La comunidad luchística de internet (IWC) está integrada, principalmente, por usuarios de la América anglosajona, y los medios y analistas más seguidos y referenciados también se ubican en esa zona geográfica y cultural (con la excepción, claro está, de SUPERLUCHAS). Ergo, como suele decirse, cada uno intenta barrer para su casa. Ospreay, al igual que Zack Sabre Jr. y otros europeos que no compiten en empresas yanquis, acusan el estigma del viejo continente. 

► Con WWE hemos topado

Hago nexo entre el anterior punto y el que ahora nos ocupa. Cuando todavía tiene vigencia ese lema de «if I can make here I can make it anywhere» que cantaba Frank Sinatra en (Theme From) New York, New York, WWE aparece cual representación certera de ese yanquicentrismo. Aunque se diría que a ojos ya más de seguidores que de luchadores. 

Con Roman Reigns como epítome del «sports entertainment», los llamados «E-Drones» exponen que los combates no son el fundamento de la lucha libre (falacia demasiado extendida), y aún tildan a Ospreay de saltimbanqui. Recordemos que el actual Campeón de Peso Completo de los Estados Unidos IWGP nunca ha pisado un ring de WWE, y esto, para dichos fanáticos, resulta poco menos que una mácula en el currículo de Ospreay, incapaces de concebir que existan estrellas fuera del ámbito McMahoniano. 

La comunidad luchística de internet resulta muy influyente, hasta el punto de moldear la percepción de numerosos aficionados y convertirlos en meros tribalistas. Sin embargo, el hecho de que Ospreay no sepa lo que es trabajar para WWE merita más su estatus

Will Ospreay tras Forbidden Door 2023 AEW
© All Elite Wrestling

 

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