Walters se rinde ante Lomachenko

Vasyl Lomachenko subió y bajó del ring como campeón de peso súper pluma de la Organización Mundial de Boxeo.

Nicholas Walters subió como el chacal que pondría en peligro a Lomachenko, el aguante, el temple y la contundencia, pero bajó como la mayor vergüenza del boxeo, muy por encima de los robos de los jueces.

Ellos se basan en lo que ven y a veces se equivocan. La cosa con Walters es que sabiendo que sube a pelear para recibir golpes, simplemente no quiso seguir haciendo su trabajo, lo que se supone que le gusta hacer.

loma-y-waltersLejos de emitir un juicio (aunque no lo parezca) se trata de establecer el punto de que, si bien, Lomachenko es maravilloso, Walters fue de regular a menos y nunca puso en peligro el reinado de «Loma».

Vaya, el ucraniano tiene su mérito porque si Walters desistió es porque nunca le encontró la secuencia a la estrategia de Lomachenko. La velocidad de Vasyl fue precisa y certera.

Con los pasos laterales cerró las salidas que se planteó el jamaicano y no le dio ni un ápice de espacio para que hiciera su trabajo.

Finalmente, el volumen de golpeo y la precisión para conectar de Lomachenko fue lo que terminó de concretar la victoria de Vasyl y la frustración de Walters.

lomachenko-y-waltersWalters recibió un round completo de golpes en el séptimo asalto, todos dirigidos a la cabeza, mismos que lo sacudieron ya que no pudo sacarse muchos de ellos.

Lomachenko estaba inspirado y parecía que elevaría la presión en el octavo, sólo que ya no hubo octavo round porque Walters ya no salió a combatir.

Mucho se ha especulado por la salida de Nicholas de la pelea, porque no se veía cansado, lastimado o aturdido, por lo que se deduce que no quería seguir peleando.

¿Conclusión? Si un robo de los jueces daña la imagen del boxeo, un boxeador que se baja del ring porque ya no quiere pelear lo perjudica aún más.

LA LUCHA SIGUE...
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