Víctima de cáncer, falleció el Gran Apache, uno de los grandes maestros de la lucha libre

De corta estatura y de rasgos autóctonos cincelados, Mario Balbuena González era un jovencito muy vivaracho al que le gustaba tanto el deporte como la música, en especial la tropical. A los catorce años ya estaba tocando salsa en un grupito, y pensaba que a eso se dedicaría toda su vida.

Conoció entonces a los Cometas Azules I y II, quienes lo invitaron a entrenar lucha libre. El hiperactivo Mario aceptó sin tener la idea de convertirse en profesional. Era enero de 1975, y Mario, nacido el 16 de abril de 1959, se vio fascinado por la lucha, absorbiendo los conocimientos como una esponja.

En agosto de ese año, y con solo ocho meses de entrenamiento, Mario debutó en el pueblito de Santiaguito Cuaxustenco, situado en el municipio de Tenango del Valle, Estado de México, con el nombre de Cometa Azul III con una victoria ante Juanito Ramírez. Pero más que estar feliz por el triunfo, Mario se quedó fascinado al ver en vestidores que Juanito saludaba con familiaridad a todos los luchadores, y que incluso le dio la mano al estrella del evento, Santo, el Enmascarado de Plata. Fue en ese momento en que Mario decidió dedicarse a la lucha como forma de vida.

Mario decidió pulirse en el gimnasio de Blue Demon, donde el legendario manotas lo hizo sudar la gota gorda con lucha olímpica.

Mario adoptó el nombre de Apache debido a que varios ya le llamaban así, e incluso en entrevistas para la prensa aseguraba ser un apache genuino.

Al ser alumno sobresaliente, Mario comenzó a ser asistente de instructor, y comenzó a formar nuevos valores. Uno de ellos Luis García Vergara, a quien Mario llevó a debutar el 18 de abril de 1981 en una función en Tarandacuao, Guanajuato, con una máscara prestada y con el nombre de Bunker, venciendo a Niki Ávila. Posteriormente, Luis se enmascaró como Silueta.

En 1984, Rafael Salamanca llamó a Luis y a Mario a la Arena México, donde los comenzó a entrenar. Mario tenía la idea de que cuando debutaran se llamaran Pluma Blanca y Pluma Amarilla.

Sin embargo, no llegaron a presentarse en la EMLL, pues Moisés Zárate, promotor del Pavillón Azteca, les ofreció trabajo y decidieron aceptar. En un principio, Luis luchaba por su cuenta, pero un día que no se presentó la pareja de Mario, el programador Antonio Olmos tuvo la idea de que Luis subiera sin máscara junto con Mario con un equipo de éste, presentándolos como Gran Apache I y Gran Apache II.

Por esos tiempos, los combates del Pavillón Azteca (transmitidos por TV restringida) generaron gran interés, en especial por los personajes nuevos que ideó Olmos, como Súper Muñeco, Súper Ratón, Súper Pinocho, Ricky Boy y Los Mohicanos.

Precisamente con Los Mohicanos fue con quienes los Apaches fueron enemistados. Era una rivalidad natural que desembocó en grandes agarrones que rivalizaban en violencia con lo que se presentaba en la empresa Promociones Mora, en El Toreo.

Gran Apache II contó en entrevista con SÚPER LUCHAS #447:

“Cada encuentro era a darse con todo. Aunque no tuviéramos televisión, en las arenas chicas a donde íbamos, nosotros nos entregamos al cien por ciento. Es algo que ahora les critico a los jóvenes. Se cuidan mucho. Sólo hacen su lucha espectacular en funciones para televisión y el público de otras arenas sale desilusionado porque no se entregan de la misma forma”.

Gran Apache I, por su parte, contó en SÚPER LUCHAS #401:

“Recuerdo que fue en el 85 cuando entré al Pavillón Azteca. Ahí fue donde me di a conocer. Fui una estrellota, hasta el grado de que me pagaban aviones de México a León o a San Luis. Cuando llegué a Tijuana, la gente me recibió muy bien. No había necesidad de llevar un cartel grande, solamente con que estuviéramos Apaches y Mohicanos, y se llenaba el Poliforum de Mérida y el Auditorio de Tijuana. No necesitábamos de mucho”.

Habiendo leído sobre la historia de los apaches, Mario daba cátedra al no presentarse como el estereotipo del “nativo americano”, el apache de las películas de vaqueros, sino como el integrante de una etnia netamente mexicana, pues la nación apache abarcaba Chihuahua, Sonora, Arizona, Nuevo México y parte de Texas, territorios todos ellos mexicanos hasta antes de 1936 (Texas) y 1948. Así lo narró para ESPECTACULAR #22:

“Somos apaches mexicanos de nacimiento, apaches por herencia. Nuestros abuelos y bisabuelos, tras peregrinar huyendo del racismo gringo, se establecieron en el norte tras ser despojados de sus tierras.

“Nuestra familia atapasca, en tiempos inmemoriales, tal vez procedente de Asia oriental, se diseminó desde Alaska hasta el norte de México y aún hoy subsistimos, en diferentes tribus, unos 80 mil hermanos, entre los cuales, los apaches y los navajos somos los de mayor importancia y los de raza más pura”.

Para entonces, Gran Apache tenía dos hijas, Marisela (nacida en 1979) y Fabiola (nacida en 1980), que en un futuro serían Mary Apache y Fabi Apache, pero en 1986 comenzó un romance con su alumna Sandra González, de entonces quince años. La diferencia de once años no impidió que contrajeran matrimonio. Sandra debutó en junio de 1986 en Martínez de la Torre, Veracruz, con el nombre de Lady Apache, enfrentando a Ultravioleta, aunque meses después se alejó de los rings debido al nacimiento de su hija Nancy, que procreó con el Apache.

En 1987, Lady Apache, ya con 17 años de edad, reapareció junto a los Apaches en el Pavillón Azteca, ahora como su valet.

Tras la desaparición del Pavillón Azteca, los Apaches se dedicaron a luchar en el circuito independiente, pero la dupla se separó y Lady Apache terminó con Mario, deshaciéndose la tribu.

Mario ingresó a la EMLL en 1992, donde pudo retomar su pasión por la música al formar el grupo Los Rudos del Ritmo, al lado de Ari Romero, Kung Fu, Búfalo Salvaje, América, Halcón Negro, Mario Prado y otra quinceañera alumna suya, Bibiana Ochoa Barradas, nieta del famoso comisionado de hierro, don Rafael Barradas, y que fue bautizada como Estrellita, futura Campeona Nacional.

En 1995, Mario se integró a Lucha Libre Internacional, la moribunda empresa de Carlos Máynes. Su motivación era el poder viajar a Japón por medio de los contactos de Máynes, y lo logró, presentándose como Lion en IWA Japan.

 

Con la desaparición de LLI, Mario se integró a AAA, donde se reencontró con Gran Apache II. Antonio Peña los enmascaró como Chivas Rayadas I y II, pero en el 2000 volvió brevemente al CMLL por la oportunidad de volver a ir Japón, luchando como Gladiador en Michinoku Pro Wrestling y como Kimba en CMLL Japan.

Habiendo logrado todas sus metas, aceptó volver a AAA cuando Antonio Peña le propuso entrenar a sus nuevas figuras, cosa que hizo con gusto, pues además era el mejor sinodal a la hora de hacerlos brillar sobre el ring, haciéndoles pagar su derecho de piso con sangrientas rivalidades.

Mario se mantuvo en AAA hasta el final, ya sea entrenando a los jóvenes, luchando con y contra sus hijas, y como agente en las funciones independientes con elementos de AAA.

Foto: Israel Velázquez.

 

Lamentablemente, en los últimos meses le fue detectado cáncer en el intestino, y a pesar de los tratamientos su estado físico fue mermando, al grado de que en las últimas semanas ya no contestaba su teléfono.

Finalmente, Mario Balbuena, el Gran Apache, dejó de existir la madrugada de hoy a los 58 años de edad.

Descanse en paz.

LA LUCHA SIGUE...
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