Aún con figuras como Alundra Blayze, Trish Stratus o Lita, la lucha libre femenil en WWE ha estado muy por debajo de su equivalente masculino. En general se lo consideraba – de manera sumamente ofensiva – como una «pausa para ir al baño» y la calidad del producto presentado tampoco ayudaba a mejorar esta imagen. Esto, por fortuna, ha venido cambiando.
El 13 de julio de 2015, el Universo WWE estalló cuando tres mujeres llegaron con la intención de cambiar el paradigma de su división, pero la revolución ya estaba en marcha desde mucho antes.
Analizando a WWE: La revolución femenil de NXT
Años antes, Beth Phoenix, AJ Lee y Paige habían alimentado las esperanzas de una transformación venidera, pero esto se quedó en pequeñas alzas temporales que no tardaron en ser absorbidas por el panorama general de mediocridad. La verdadera revolución vino desde abajo, con cuatro mujeres muy distintas entre sí que estaban unidas por su amor por la industria.
Sasha Banks y Bayley, quienes soñaron desde la infancia con estar al lado de sus ídolos; Becky Lynch, que viajó por el mundo desde muy joven para entrenarse con los mejores; y Charlotte, a quien los azares de la vida la llevaron a seguir el camino de su padre. Juntas fueron Las Cuatro Jinetes.
En NXT llegaron a los estelares, superaron en popularidad a muchos hombres y cada noche se robaban el show con encuentros de alta calidad. Desde Charlotte vs. Natalya hasta Sasha Banks vs. Bayley, las mujeres generaron un cambio sin precedentes.
Con una gran trayectoria respaldándolas en la marca de desarrollo, Charlotte, Sasha Banks y Becky Lynch llegaron a Monday Night Raw para confrontar al símbolo del estancamiento: El Team Bella. Bayley se quedó atrás pues en ese momento se recuperaba de una lesión en la mano y más adelante fue elegida para pasar la antorcha a la siguiente generación en NXT.
Las expectativas eran altas, altísimas, y de esa manera era imposible que se estuviera a la altura. El término «Women’s Revolution» se repetía hasta el cansancio, pero una revolución no se saca de la nada, requiere un camino que estas mujeres apenas empezaban a recorrer. Así, la revolución se degradó en una guerra de equipos que resguardó el reinado de Nikki Bella y que terminó siendo elegida por el Wrestling Observer Newsletter como la peor rivalidad de 2015.
Los equipos se desintegraron y la revolución empezó, otra vez y de manera más lenta, a ponerse en marcha. Como en NXT, fue Charlotte la primera en dar un paso adelante e ir por el oro. Después de que Nikki Bella rompiera el récord por el reinado más largo con el Campeonato de Divas, la heredera Flair le arrebató el título, el cual nunca soltó.
Rivalizando con sus antiguas aliadas, Paige y Becky Lynch, el reinado de Charlotte empezó a diferenciarse del de su predecesora. Las luchas eran más largas, la calidad más alta y las historias mejor elaboradas. Por primera vez, WWE se arriesgó a experimentar y una firma de contrato entre mujeres fue el segmento principal del show rojo.
Mientras tanto, Sasha Banks se despedía de NXT con dos luchas ante Bayley que, sin ningún problema, podrían ser consideradas las mejores luchas femeniles de la historia.
El cambio avanzaba, lento pero seguro, y su gran momento llegó en la noche más importante del año. Allí, una revolucionaria del pasado, Lita, fue la encargada de dar la noticia de que el Campeonato de Divas, ese criticado juguete de Barbie, sería reemplazado por un nuevo Campeonato Femenil WWE.
Con tan solo ver el cinturón de campeonato se sentía un cambio. De una mariposa rosada, pasamos a un título que, salvo el cambio de colores, era un gemelo idéntico del Campeonato Mundial de Peso Completo WWE. Las mujeres ya no eran sólo un adorno, eran una de las atracciones principales.
El cinturón fue jugado por primera vez esa misma noche en un encuentro que, en opinión de quien escribe, fue superior en términos de calidad a cualquier otro visto en WrestleMania 32. Charlotte, Becky Lynch y Sasha Banks estuvieron a la altura de The Undertaker, Chris Jericho o AJ Styles. Las mujeres habían llegado para quedarse.
Con Charlotte todavía como campeona, el panorama se empezó a abrir y el foco dejaron de ser las tres jinetes, la Bella y Paige para darle espacio a figuras como Natalya y Emma, quienes fueron vitales en los inicios de la revolución en NXT pero había tenido problemas para ganarse un lugar en el elenco principal.
Emma sufrió una desafortunada lesión en la espalda y se fue en mal momento, pero antes de irse dejó a Dana Brooke, quien está verde en múltiples aspectos pero tiene mucho potencial. Natalya ahora es una ruda, una faceta que ha experimentado poco pero que le está funcionando. Sasha Banks ha regresado al panorama titular y Becky Lynch sigue construyéndose como la gran underdog.
En NXT Bayley tiene casi lista una nueva generación. Asuka, Nia Jax, Alexa Bliss y Carmella podrían reforzar las filas de la división en cualquier momento.
En un año, las mujeres han revolucionado la división femenil de WWE como nunca antes.