El primer round de la pelea entre Rashad Evans y Ryan Bader no fue del agrado de Evans. Se vio en su cara a la hora de terminar el round y no fue para menos. Resulta ser que Bader lo conectó a su gusto y lo golpeó en todo el cuerpo.
Evans inició su ataque tarde porque estaba buscando ángulo de ataque cuando recibió las primeras bombas. Se puso en modo defensivo porque no pudo acomodar su estrategia a lo que le presentaba Bader en el momento.
Evans se vio sobrepasado por el ataque porque no encontraba la manera de sacarse de encima esos golpes, que si bien no eran excesivamente frecuentes, sí le estaban causando problemas.
Y su ojo derecho inflamado fue prueba de eso.
Ya en el segundo round, Evans cambió de chip y propuso el ataque, en corto, cerrándole las salidas a Bader para obligarlo a enfrentarlo cara a cara. Le funcionó al principio, hasta que Bader se puso en modo más agresivo y le hizo frente, salió por piernas y entró con golpes precisos a la cara.
Lo hizo recorrer el ring para sacarlo de su zona de confort y así hacerle sentir sus golpes, principalmente dirigidos al ojo dañado de Evans.
Para el tercer episodio el dominio fue total de Bader, que hasta conectó unas sólidas patadas en el cuerpo de Evans, sin recibir demasiado castigo como para hacerlo doblar.
Pocas acciones se fueron al clinch o a la lona, pero de todos modos no hicieron diferencia para un combate que se cantó para un sólo lado. 30 a 27, todo a favor de Ryan Bader.