A Efraín Escudero le salió mal la jugada a la hora de elegir el combate. Una vez que la victoria de Horacio Gutiérrez le dio la oportunidad seleccionar pelea, lanzó a Kevin Medinilla para medirse ante Enrique Marín. Para Escudero, Medinilla tenía ganado el combate desde el face to face porque Marín se veía inseguro y nervioso.
El español confirmó la teoría de Escuderoal confesárselo a su coach, Kelvin Gastelum, sin embargo, para Gastelum eso era una conducta corregible, en la que si actuaba a tiempo, lograría sacar al gran peleador que detectó en él.
Agua fría una mentalización de hierro le dieron a «Wasabi» Marín la confianza suficiente para subir a la jaula y hacer frente a su rival.
Pues al inicio Medinilla hizo lo que quiso con Marín, lo golpeó, pateó y jugó con él, pero en un cambio de ritmo, Marín cerró el round muy fuerte, obligando a Kevin a salir con el doble de empeño para poder sacarle la pelea al español. Pero una vez enrachado, Marín se volvió imparable. Patadas y golpes le entraron directo al argentino, que de repente no encontró forma de defenderse de la furia del español.
Finalmente Gastelum recuperó el control de los combates y lanzó a Jonathan Ortega y pidió a Enrique Barzola.
Ortega, un chileno maestro de ciencias naturales que encontró su camino en las artes marciales mixtas y que busca convertirse en el segundo chileno en pisar un octágono. En el entrenamiento, Jonathan recibió instrucciones de lucha del mismísimo Uriah Hall, quien lo reconoce como un buen luchador de piso.
Los chicos recibieron una visita de famoso, Miguel «Piojo» Herrera convivió con los muchachos y les deseó suerte. Además, les propuso un reto para que pasaran el tiempo.
Una cascarita, verdes contra rojos con una apuesta por definir.
Resulta que el equipo de Efraín Escudero no las trae todas consigo ni en la jaula ni en los retos porque el partido de 5 contra 5 en dos tiempos de 10 minutos cada uno lo perdieron. No es que los verdes fueran unos cracks pero los rojos de plano no dieron una. 2 a 1 y de nuevo los de Escudero deben pagar una apuesta (la última fue la de la limpieza de la casa, por la derrota de Medinilla).
Lavar las camionetas en tanga fue el castigo, sin embargo, los chicos de Escudero se negaron a cumplir con el uso de la prenda, sólo se dedicaron a limpiar los autos. Pero los chicos de Gastelum querían el pago completo y fueron a pedirlo, con lo que no contaban era que los rojos se irían contra ellos con las mangueras de agua. Luego se armó la batalla campal con agua, harina y lucha acuática, entre que se empujaban a la alberca y luego hicieron algunas llaves ahí dentro, incluidos Kelvin y Efraín, quienes acordaron que luego de ese enfrentamiento la apuesta había quedado saldada.
Un zoom dentro de las motivaciones del «Fuerte» Barzola, que llegó a un gimnasio de artes marciales mixtas en Lima, Perú y ahí encontró su pasión. Comenta que nadie en su familia creía en que haría carrera en las peleas, sin embargo se convirtió en un elemento elegible para el TUF y ahora quiere el título para conseguir un contrato con UFC. «Un guerrero inca de Dios» así se define el «Fuerte».
Como es costumbre en el TUF Latinoamérica, ambos chicos dieron sin problemas el peso para el combate de la categoría ligera y procedieron a dar autorización para el combate.
Ya el día de la pelea, el «Fuerte» lo tenía claro, él quiere más la victoria y está seguro de que a pesar del Jiu-Jitsu de Ortega, saldrá avante en la pelea y pasará a semi final.
El primero round fue de Jonathan. A pesar de que Barzola colocó muy buenos golpes no tuvo frecuencia suficiente, además de que Ortega logró dominar el combate cada vez que se fueron a la lona. En dos ocasiones cerró una guillotina pero no pudo completarla porque Enrique logró osacudirse el castigo. La frecuencia de golpe fue mayor del lado de Ortega, pero más pesado del lado de Barzola. Aún cuando iba en desventaja, a la hora del cambio de round, Barzola se veía más entero que Ortega, porque el verde aspiraba de manera más profunda.
El segundo round le cobró el cansancio a Jonathan porque empezó a quedarse un paso corto ante el ataque de Enrique, de modo que abanicó en muchas ocasiones y a la hora de retroceder quedaba a merced del «Fuerte». Barzola mejoró su frecuencia de golpeo y dejó de buscar el piso, así que entregó patadas y puñetazos en la cara y cuerpo de Ortega. Incluso, un golpe recto entró de lleno en la nariz de Ortega y la nariz le comenzó a sangrar. El daño que hizo el «Fuerte» fue más visible y le dio una pequeña oportunidad para empujar la pelea a un round más.
Y se cumplió. Cuando el réferi se acercó a los jueces para recibir las tarjetas y determinar el final del encuentro, se escuchó la frase «One more round/un round más».
Esto encendió el ánimo de los combatientes y el de Efraín Escudero, que le gritó al «Fuerte» a manera de motivación. «¿Lo quieres? ¡Ve por él!».
Segunda pelea, curiosamente también de peso ligero (la otra fue la de Horacio y Danny) que se va a la tercera vuelta en el TUF Latinoamérica 2.
Y entonces se lanzaron al ataque. Barzola se fue con todo sobre el «Mestre» Ortega y le tiró infinidad de patadas y golpes a la cara, a una nariz ya lastimada y sacando ventaja de que Ortega estaba casado y más lastimado que él. Aunque Efraín le dijo que se quedara de pie, Barzola aposto por llevar a Jonathan a la lona para castigarlo, con la suerte de que Ortega no tenía ya la fuerza para cerrar la guillotina. Además conectó muchos codazos en la zona blanda del «Mestre».
Ya de pie los mejores golpes, sólidos y bien colocados fueron completamente del «Fuerte».
Al final de la pelea, el resultado fue unánime: todo para el peruano, Enrique «Fuerte» Barzola.
Esto le dio el control de la elección de combates a Efraín Escudero, que de su equipo seleccionó a Álvaro «Chango» Herrera y pidió a Héctor «Charro» Aldana.