Cuando Tony Ferguson fue sometido por Bobby Green en UFC 291, mucha gente esperaba que el ex campeón interino de peso ligero colgara los guantes.
Empatado con Khabib Nurmagomedov por la racha de victorias más larga en la historia del peso ligero con doce, Ferguson ahora se encuentra en la cúspide de otro récord, pero este no es deseable.
En UFC 296, se enfrentará a Paddy Pimblett en una pelea de la que muchos aficionados no han tenido cosas buenas que decir.
Si «The Baddy» tiene éxito en la noche, «El Cucuy» igualará el récord de BJ Penn de más derrotas consecutivas en la historia de la UFC con siete.
Muchos han señalado que en algunas de esas peleas, Ferguson ha lucido bien hasta que no lo ha hecho, teniendo momentos de éxito contra sus últimos tres oponentes, Michael Chandler, Nate Díaz y Green en julio.
En una entrevista con Brett Okamoto para ESPN, Ferguson habló sobre un error crítico que cometió contra Green que condujo al final de la pelea cuando trataba de golpear un nuevo movimiento en el que había estado trabajando.
«Cometí muchos errores, me puse debajo de él cuando no debía, no me tomé en serio su golpeo cuando lo estaba haciendo. Estaba haciendo un movimiento nuevo, no era un iminari. Todo el mundo dice ‘oh, no es tan rápido’, no, yo estaba tratando de hacer uno diferente. Lo llamo «el hombre del saco». Voy a explicarlo ahora mismo, tiro por debajo de las piernas del tipo y luego acabo cogiéndole la espalda desde la posición inferior y yo no hice eso».
► Tony Ferguson habla sobre los golpes en los ojos que le afectaron contra Bobby Green
Otro aspecto de su pelea con Green que cambió el ímpetu de Ferguson fueron los golpes en los ojos. Una vez más, «El Cucuy» comenzó muy bien la pelea pero con el paso del tiempo se le empezó a escapar.
Durante la entrevista, Ferguson dijo que se encontró en una situación de perder o perder en la que tenía que tomarse tiempo para recuperarse de los golpes en los ojos, mientras que su oponente tenía tiempo para descansar y serenarse.
«Antes de eso, me seguían pinchando en el ojo, lo cual era una m*erda, me dolía un carajo y el médico se metía en medio. Estaba sentado aquí intentando recuperar la compostura y miraba a Bobby, le miraba a la cara para poder ver su respiración y cuanto más tiempo me tomaba, más tranquilo empezaba a estar.
Fue una especie de situación de perder o perder en la que es como está bien, pero no voy a tomar un no contest, que ni siquiera se molestó en mi mente como ‘obtener el f * fuck fuera de su doc, tenemos algo de trabajo que hacer «.
Si la pelea hubiera ido a su favor, UFC 296 y su combate con Pimblett podrían ser una historia muy diferente.