Todo el mundo tiene sus gustos, y para Sean O’Malley, aparentemente es ver combates épicos de boxeo de pesos pesados.
Al igual que el resto de nosotros, O’Malley quedó increíblemente impresionado por la guerra sin cuartel que protagonizaron Deontay Wilder y Tyson Fury en su trilogía. Los dos campeones de los pesos pesados fueron derribados en múltiples ocasiones durante el combate, y cada hombre resultó herido. Al final, Fury pudo terminar la pelea en el undécimo asalto con un brutal nocaut después de abrumar a Wilder con un aluvión de golpes en el transcurso de la contienda.
Según reveló posteriormente O’Malley, parece que «Suga» estaba un poco más contento que la mayoría de la gente por cómo se desarrolló el combate. En un reciente episodio de su podcast, dijo que le gustó tanto que sintió la necesidad de darse placer en cada asalto, sólo por lo intensa que fue la acción.
«Es una de las peleas más enfermizas, probablemente la pelea de boxeo más enfermiza que he visto. Me he estado masturbando en cada asalto«, dijo O’Malley. «(Wilder) es un gángster, amigo. Eso es un gángster. Ser derribado, luego derribar a Fury, y luego ser derribado siete veces más antes de que la pelea termine. Levantarse cada vez, da miedo».
Esta fue una admisión ciertamente extraña por parte de Sean O’Malley, aunque es en cierto modo relacionable dadas las circunstancias de lo que ocurrió. Después de todo, mucha gente consideraba que el Tyson Fury vs Deontay Wilder 3 era uno de los mejores combates del año y uno de los mejores combates de pesos pesados de todos los tiempos.
Con los cambios de ritmo y la acción ininterrumpida de principio a fin, este fue realmente uno de los combates de boxeo más emocionantes que han tenido lugar en mucho tiempo. Dicho esto, probablemente sea un poco más fácil para alguien disfrutar de la pelea si lo hace sin quitarse los pantalones.