Leo Santa Cruz fue muy criticado por tomar la pelea contra Jesús Ruiz e ignorar una vez más a Guillermo Rigondeaux. Fue calificado de «cobarde» por no pelear contra el cubano, algo de lo que no es enteramente responsable.
Incluso salió al paso para pedir respeto por su rival, Jesús Ruiz, a quien le llamaron «bulto». Independientemente de si está o no a la altura de Leo, Jesús merece el mismo respeto que cualquier boxeador, campeón o amateur, porque se juega la vida en el ring igual que cualquiera
Así pues, se llegó el momento de ver la pelea de Santa Cruz contra Ruiz por el Título de Peso Súper Gallo del Consejo Mundial de Boxeo. Esto como combate de semi fondo para la pelea de Bermane Stiverne contra Deontay Wilder, de campeonato también, el Título de Peso Completo del CMB.
Los dos primeros rounds de la pelea fueron intensos, con grades intercambios y buen desplazamiento por el ring. Santa Cruz mandó sus golpes, principalmente, a la cabeza de Ruiz; en tanto Ruiz optó por pegar abajo para doblar al campeón.
El manejo de la derecha del campeón Santa Cruz fue óptimo, pues con ella capitalizó los huecos en la guardia de Ruiz. Ruiz siguió muy de cerca a Santa Cruz y le conectó buenos volados a la cabeza. Sin embargo, en el tercer round, la pelea se decantó más claramente al lado de Leo.
Para el cuarto episodio, se bajó un poco la intensidad. Aún cuando el control estuvo del lado de Leo, Jesús mantuvo su propuesta ofensiva con golpes al cuerpo. Santa Cruz repartió su castigo arriba y abajo.
En el cuarto episodio Santa Cruz fue el que peleó a la distancia. En el quinto fue Ruiz quien le metió distancia al combate para darle movilidad. Pero lo que gastó en desplazamiento lo perdió en golpes. En esta ocasión le tocó a Leo seguir a su rival, mostró buena puntería y sacudió varias veces a Jesús.
En la sexta vuelta, Ruiz inició con buenas combinaciones y frecuencia de golpeo óptima. Sin embargo conforme pasó el round, bajó la intensidad. Y eso aprovechó el campeón para tundir a su oponente. Sin embargo no salió bien librado del todo, porque recibió un cabezazo accidental que le abrió la ceja.
En el séptimo asalto, Leo mantuvo a Jesús a la distancia para evitar que se acercara a su ceja. A punta de jab y derechazos. Poco fue lo que pudo hacer Ruiz, de quien fue evidente el cansancio, pues abría la boca para jalar aire.
En el octavo episodio Leo encontró totalmente la debilidad de Jesús y fue cuestión de segundos para que Santa Cruz ganara el combate. Un volado de derecha en la quijada de Ruiz le abrió la puerta al triunfo. Leo hizo que Jesús se replegara con la guardia alta, pero Santa Cruz lanzó metralla a la cara para dejar fuera de combate a su oponente. El réferi intervino para detener el combate porque Ruiz ya no respondió a la sacudida del «Terremoto».
Santa Cruz salió del ring con una cuarta defensa exitosa, con su nocáut número 17 y el cinto súper gallo en su poder.