Rubén «Púas» Olivares remata sus trofeos en La Lagunilla

La gloría del boxeo mexicano, Ruben Olivares, mejor conocido como el Púas, y quien tiene setenta años de edad, es uno de los peleadores más consentidos de la historia del pugilato en México. De extracción muy humilde, se consagró cuando en 1969 conquistó el Campeonato Mundial de Peso Gallo CMB, título que tuvo en un par de ocasiones. Después compitió en peso pluma, donde también ganó el Campeonato del Mundo otras dos ocasiones.

Las glorias de Rubén, cuando sus peleas evocaban a la unión de los mexicanos

 

Sin embargo, la vida del Púas es el claro ejemplo del mal del boxeador a nivel global: la poca o nula educación financiera y administrativa debido a su extracción humilde, hicieron que la buena cantidad de dinero que lograron tener se perdiera en drogas, fiestas, mujeres y malos amigos, quedando en la vil miseria, en algunas ocasiones llevándolos a terminar en situación de calle. Ya en alguna ocasión, Olivares recibió una pregunta muy fuerte: «─¿De qué vives Rubén?» preguntaron, «─De puro milagro.» Contestó.   

Junto a otras leyendas del boxeo mexicano: Carlos «Cañas» Zárate y el cubano adoptado mexicano Ultiminio Ramos.

 

El Púas, sin embargo, por su carisma siempre ha salido a flote. Y ha conseguido tener ingresos económicos de diversas formas: ya sea como actor en películas cómicas o fungiendo como analista de las transmisiones de boxeo por Televisa. Incluso ingresando al mundo de la lucha libre con dos controvertidos combates, uno contra el malisimo Konnan 2000 y otro más contra un ya muy veterano Sangre Chicana, incluso un encare que tuvo con Konnan Big en Monterrey lo puso otra vez en la palestra.

La artesanía, noble oficio que lo ha sacado de apuros en más de una ocasión. © Photo by Heriberto Rodriguez

 

Pero al parecer las cosas siguen mal para el ex púgil, quién se ha visto en la necesidad de volver a sus orígenes y poner un puesto en el colorido Mercado de la Lagunilla en el centro de la Ciudad de México, donde el peleador está vendiendo artesanías y muchos de sus trofeos reunidos durante toda una carrera de esfuerzos en el ring. El diario Récord lo entrevistó en dicho lugar, aquí un poco de lo dicho por el ex monarca:

“Las peleas duras y sangrientas no son en el ring, sino abajo de él, con las personas que te arrojan cuesta abajo, por ahí dice una canción que resume mi vida.

“Actualmente tengo una deuda en el banco y pues, hay que pagar.”

“Aquí está mi campeonato, lo vendo por un millón de dólares, o depende, acepto ofertas y hacemos un trato. También vendo un terreno en Tepeji del Río, Hidalgo. Éstas son propiedades mías y las vendo para salir adelante.
“También vendo la exclusiva de mi nombre y hasta de mi muerte. Quiero hacer la película de mi vida, pero eso sí, bien hecha, para que todos conozcan cómo llegue a ser un (miembro del) Salón de la Fama del Boxeo internacional.»

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