Déjenme aclarar algo. Se dice en la calle que le tengo miedo a Sting, y encuentro eso ridículo. Se necesitan más que unos juegos mentales, un par de trucos de salón, para hacerme temer. El hecho es que en Fastlane, lo impensable sucederá. WCW va a estar en el ring con la WWE. Sting, el ícono, la franquicia, va a estar en el ring y hará lo impensable. Va a estar cara a cara, frente a frente con El Juego, el asesino cerebral, el Gerente Operativo”.
Tras ello, se escuchó la música de Strauss, y Ric Flair apareció, llegando hasta el ring para hablar con su viejo amigo. Tras un abrazó, Flair habló:
Antes de que empieces a maldecirme, déjame decirte que como tú y tu esposa lo saben, vine porque te respeto y te quiero, ¿okey? De hecho, no puedes enojarte conmigo. Estamos en Orlando, tú me indujiste aquí al Salón de la Fama. Dijiste que yo debería tener una sección propia del Salón de la Fama. «No hay discusión acerca de quién es el más grande de todos los tiempos», fue algo que salió de tus labios. No vine para decirte otra cosa que no sea que te quiero, te respeto…
— Sí, estás aquí, y estoy asumiendo la razón por la cual estás aquí, es para cantarle alabanzas a Sting y decirme qué tan grande es, como lo he escuchado de ti ad nauseam una y otra vez. Ahorra tu aliento; yo sé lo bueno que es.
— No te estoy diciendo cómo llevar tus negocios, estoy diciéndote que te quiero y que no tomes a Sting a la ligera. Y no te pongas a ti mismo —como tu suegro solía decirme—no te pongas en posición de fallar. Eso solía decirme.
— Con el debido respeto, Ric, no necesito que me des una lección de historia acerca de quién es Sting. Sé qué tan bueno es. Vi a un joven rubio oxigenado llevarte a una lucha de sesenta minutos la primera vez que se subió a un ring contigo en Clash of Champions. Vi cómo se ganó tu respeto. Después vi al mismo chico convertirse en la franquicia de WCW. Vi al ícono de WCW. Sting fue, y es, WCW. Y cuando la última campanada de WCW sonó, Sting se levantaba alto en el ring, lo recuerdo. Y permaneció en lo alto cuando todas las otras ratas saltaban del barco. Sting se mantuvo allí y se hundió con ese barco. Y respeto eso, admiro eso. Pero después hizo lo más inteligente y desapareció, porque, recuerda mis palabras, si Sting hubiese venido aquí, habría hecho que mi trabajo personal fuera sacarlo de WWE. ¿Y quieres saber por qué? Lo hubiera sacado de aquí porque el legado de Sting se construyó a costa de la reputación de Ric Flair. Eso siempre me molestó, así que mi norma habría sido patearle el trasero a Sting.
— ¿Ves? En este momento no estás actuando como el asesino cerebral.
— No, no, no. Porque ése es el punto. En ese entonces habría sido mi norma, pero ahora, después de todos estos años, quiero que sea algo personal, algo conmigo. Él quiere hacer de las suyas con lo que tengo, con la WWE, porque así como Sting es WCW, y óyelo bien, yo soy WWE.
— Respira profundo, soy yo Naitch. Él ya logró meterse en ti. A veces estoy en aeropuertos y la gente me pregunta quién es el mejor luchador vivo, y yo digo Triple H. El año pasado en New Orleans, la gente me preguntaba si Bryan podría vencer a Triple H, y yo les decía: “¡Demonios, no!”. Les decía que Triple H lo derrotaría en cinco minutos, pero treinta minutos después, ¿adivina qué? ¿Y sabes por qué? En nuestro negocio, una verdad muy grande es que el mayor enemigo de un luchador es el tiempo de descanso. Tú no estás luchando de tiempo completo. Como ejecutivo, estás operando la compañía. Yo quiero que seas quién eres: El Juego. Y no quiero que Sting te sorprenda. Eso es todo.
— Respeto eso, Ric. Y sé que has estado en el ring con Sting un millón de veces.
— He estado.
— Sé que has estado, y digo esto con toda sinceridad, y lo diría a cualquiera que preguntara: Yo no soy Ric Flair. Nadie más lo es. Pero aquí está la verdad: Cuando se trata de patear el trasero de Sting, tú no eres Triple H.
— Entonces hazme un favor, cuando sintonice Fastlane en mi TV la noche del domingo, no me hagas verte caer de trasero otra vez, como sucedió el lunes pasado… ¿Estamos a mano?
(Triple H empuja a Flair y lo hace caer).
— ¡Déjame decirte algo! Mírame a los ojos y sabrás que es verdad. Nada, fuera de mi esposa y mis hijos, es más importante para mí que WWE. Y si piensas que Sting me va a arruinar eso, no me importa quién es, ni siquiera tú, pero si alguien se interpone entre mí y esta compañía, le voy a patear el trasero. En Fastlane, te lo prometo, ya sea que se presente o si lo encuentro en otro lado, ¡Sting nunca volverá a mostrar su cara aquí jamás!
— ¡Déjame decirte algo! Mírame a los ojos y sabrás que es verdad. Nada, fuera de mi esposa y mis hijos, es más importante para mí que WWE. Y si piensas que Sting me va a arruinar eso, no me importa quién es, ni siquiera tú, pero si alguien se interpone entre mí y esta compañía, le voy a patear el trasero. En Fastlane, te lo prometo, ya sea que se presente o si lo encuentro en otro lado, ¡Sting nunca volverá a mostrar su cara aquí jamás!
