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Estamos de acuerdo: desde el último tercio del pasado año, SmackDown vence con claridad a Raw en la guerra fratricida que caracteriza a WWE tras el Draft del 19 de julio. E incluso la tendencia se acentúa si observamos el panorama actual, teniendo a Bray Wyatt por fin con un título (el máximo) bajo el brazo, a AJ Styles consagrado ya como el mejor gladiador de la compañía, y con Randy Orton y John Cena ejerciendo una buena labor (pese al fútil último reinado de este).
Elimination Chamber (2017) resultó un notable show que dejó el listón alto en los inicios del año, y esta noche llega Fastlane (2017), primer PPV exclusivo de Raw. Stephanie McMahon deberá ofrecer el mejor producto posible para intentar que la dinámica no acabe por relegar definitivamente a su marca al segundo plano. Una competitividad que no puede perderse y que nos beneficia a nosotros, los seguidores. De primeras, estamos ante un cartel con mucho potencial, pero veremos qué partido pueden sacar de él.
Según los reportes, que ya SÚPER LUCHAS se ha encargado de recoger durante estas últimas semanas, Goldberg se hará con el Campeonato Universal WWE que todavía porta Kevin Owens. Y quizá dicha anticipación reste puntos al resultado, pues podría ser el gran hándicap de este evento. Además, una victoria de «El Mito» quizá mine el respaldo que hasta ahora está teniendo en su nueva etapa en la compañía, pues Owens resulta del agrado de muchos fanáticos. Bien es cierto que con el veterano es mejor no hacer demasiadas cábalas, pues los creativos ya rompieron nuestros esquemas en Survivor Series (2016).
Ayer surgieron algunos especulaciones que hablaban de una intervención de Brock Lesnar durante la lucha, seguramente para costarle la victoria a su gran némesis. Y sinceramente, sería la mejor decisión, rememorando de paso los acontecimientos de su anterior rivalidad en 2004 y evitando quizá que el definitivo choque constituya el estelar de WrestleMania 33. A cambio, habría vía libre para armar un interesante duelo entre Owens y Chris Jericho con la correa en juego.
Por otra parte, ciñéndonos al combate en sí de esta noche, no podemos esperar una maravilla, aunque será un gustazo (hablo como fanático de WCW) volver a ver a Bill compitiendo por un cinturón. Hoy comprobaremos el verdadero estado físico del veterano, si es que WWE no plantea el epílogo como un squash y todo gira en torno a la presunta intervención de Lesnar (y a una posible de Jericho). Mejor centrar nuestras expectativas luchísticas en el resto del show.
Roman Reigns y Braun Strowman integran la segunda contienda en importancia, y aquí tengo que remitirme de nuevo al incendiario rumor de ayer, pues también incluía, nada más y nada menos, que a la figura de The Undertaker. Ya sabemos, desafortunadamente con bastante certeza, que este y el samoano iniciarán pronto una rivalidad que desembocará en WM, donde podríamos asistir a la despedida de la leyenda viviente. Suena incluso más lógica esta intromisión que la de Lesnar, pues salvaría el status de Reigns y Strowman al no perder ninguno de los dos de manera limpia.
Hubiese ayudado estipular este choque sin descalificación, pues ambos son destructores natos, y vienen demostrando que pese a sus limitaciones técnicas, se crecen cuando se les da carta blanca en este aspecto. Teniendo el precedente de aquella grata sorpresa con Big Show, Strowman está ante su oportunidad dorada de consagrarse y lograr una buena plaza para el 2 de abril en Orlando.
Siguiendo con el resto del cartel, Sami Zayn vs. Samoa Joe, si se le ofrece el tiempo necesario, es candidato firme a robarse el show. Ya se vieron las caras hace casi un año bajo un show semanal de NXT, donde brindaron una excelente lucha a 2 de 3 caídas. Por desgracia, no creo que sean capaces de repetir tal excelencia, pero seguro que ofrecen algunos de los momentos más brillantes de la noche.
Otro de los candidatos es el Bayley vs. Charlotte, cuyo inmediato antecendente, que coronó a la primera, supuso un notable cierre del Raw del 13 de febrero. Al igual que con el Reigns-Strowman, creo que una estipulación especial hubiese venido de perlas —por ejemplo, un Last Woman Standing—. Intuyo que es posible alguna intervención de Sasha Banks que le sirva de giro a ruda y ponga las bases del presunto Fatal 4-Way en «La Vitrina de los Inmortales».
Neville y Jack Gallagher tienen el talento para cuajar también un combate que acapare el protagonismo, pero la pérdida de relevancia de 205 Live lo hace difícil. Estos dos británicos son los que ahora mismo gozan de mayor popularidad dentro de la división, por lo que si no hay una gran reacción del respetable, me temo que el destino de los cruceros está sellado, y su lugar será el Pre-Show de WM. Esperemos que se les otorgue como mínimo unos 10 minutos (en Royal Rumble 2017, Neville y Rich Swann tuvieron 14).
Concluyendo, Raw está en la tesitura de perder el poco crédito que aún conserva si el bookeo no es el adecuado, aunque las sorpresas de Taker y Lesnar pueden salvar los muebles a corto plazo. No se pierdan en las próximas horas la mejor cobertura de Fastlane (2017) que SÚPER LUCHAS llevará a cabo.