Por Gladys Trujillo
Luego de los triunfos de Jessie Vargas, de Vasyl Lomachenko y de Zou Shiming, llegó la hora de la verdad en la Arena Cotai: Pacquiao contra Algieri.
Y es que Chris salió del anonimato para derrotar a Ruslan Provodnikov y le quitó su Título de Peso Súper Ligero de la Organización Mundial de Boxeo. Algieri pudo seguir con una carrera en el peso súper ligero, pero en cuanto le llegó la oportunidad de pelear contra Manny, no dudó en dejar su título y emprender el camino por un objetivo mucho más ambicioso: subir a peso welter y retar al astro filipino por su título, pero especialmente, por la proyección mundial dentro del boxeo. Para ser el boxeador atípico más visto a nivel mundial.
Manny se levantó de la derrota ante Bradley, para vencer a Ríos, volver a retar a Bradley y recuperar su cinturón.
Ahora, ante un hombre de largas proporciones, buscaba hacer lo mismo que hizo alguna vez ante Antonio Margarito: demostrar que el tamaño no importa si de boxeo se trata.
Algieri mostró un buen fondo físico a través del movimiento de piernas que desarrolló a lo largo del combate. Tal vez pensaba que la movilidad cansaría a Pac Man en algún momento y entonces podría atacar. También pudo parecer que a base de jab lo mantendría alejado y entonces hacer lo que hizo contra Ruslan Provodnikov. Pero el trabajo de piernas de Manny fue igual de bueno que el de Algieri y no lo soltó jamás.
Los golpes efectivos de Algieri, aparte de escasos, no sacudieron al filipino, no hicieron daño. En cambio, las combinaciones que mandó Pacquiao entraron todas a la cara del neoyorquino.
De alguna manera, Algieri mantuvo su ritmo de pies, pero no soltó golpes ni combinaciones efectivas.
Al contrario, Pacquiao conectó a placer y sin remordimientos. Poco le faltó para el nocáut.
De por sí la situación de Chris era precaria sólo analizando la parte en que hizo la pelea de Manny y no la suya, todo se complicó cuando se sumaron las caídas: una el el segundo round (que fue resbalón), dos en el sexto episodio, otras dos en el noveno y la última en el décimo round, seis caídas en total que le hicieron imposible ganar el combate por puntos.
Su falta de contundencia y frecuencia de golpes lo condenaron, ya que se negó la posibilidad de ganar por nocáut.
No terminó tan lastimado como contra Provodnikov, al menos no en el rostro, pero sí en el récord y en el orgullo.
Decisión unánime para Pacquiao, que retuvo su Título de Peso Welter OMB, que lo mantiene como un referente del boxeo mundial y tal vez aleje un poco esa idea de que sigue dañado por el nocáut que le propinó Márquez hace casi 2 años.