En dos rounds Oscar Valdez vio cumplido un sueño que fraguó hace 12 años, el ser campeón del mundo.
Si bien Valdez es joven, eso no le ha impedido evolucionar pelea a pelea. Contrario a lo que pasa con otros prospectos (como Félix Verdejo) a Oscar le han subido rivales cada vez mejor preparados y con más experiencia para que se convierta en un boxeador más fuerte. Y le ha servido porque ya brincó la tabla que muchos no pasan: ya no es el «joven prospecto», es el joven campeón, el más reciente de los que son mexicanos.
Y la fórmula fue simple a la vista (porque seguro lograrlo dentro del ring tienen un alto grado de dificultad) porque el clásico gancho al cuerpo fue el que le abrió la puerta de a victoria a Valdez.
A primer impacto, Rueda se mantuvo de pie, pero apenas dio un paso atrás sintió la punzada que lo hizo doblar la rodilla e ir a la lona.
Valdez retrocedió a una esquina neutral por indicación del réferi en tanto Rueda recibía la cuenta de protección reglamentaria para que se recuperara.
Rueda logró levantarse y seguir el la pelea, pero no fue competencia para Valdez porque ya no pudo mantener una secuencia de ataque que llevaba al inicio del combate.
Valdez apretó el paso y siguió lanzando metralla en la cara y cuerpo de Rueda para sellar el asunto. Fue nuevamente un gancho al cuerpo y no los golpes a la cabeza los que provocaron Matías se fuera de regreso a la lona para no volverse a levantar.
Una vez que Valdez vio la seña del réferi para detener el combate, brincó de gusto por el ring y fue cargado en hombros por su triunfo.
Oscar no cabía en sí, lloró, gritó, abrazó a su padre, saludó a muchas personas y no paraba de sonreír, pues vio cristalizado su sueño de campeón siendo aún invicto.
Noche redonda para Valdez, gana, conserva el invicto y consigue campeonato.
Cuando le preguntaron que a quién quiere enfrentar, no se fue de boca enlistando nombres, sólo dijo que se puede especular que vaya con Lomachenko, Russell, Santa Cruz, pero que él estará preparado para quien le quieran poner en el ring.