Hoy en México se celebra la festividad de los fieles difuntos, una oportunidad para recordar a los que nos dejaron con un vacío en nuestras vidas. También es una oportunidad para honrar y celebrar la vida. Por tal motivo, hoy SÚPER LUCHAS ofrenda este homenaje a Kato Kung Lee.
Panamá, el país del canal, el que conjunta a los oceanos más grandes del mundo por un canal que divide el norte del sur, lugar de divinas playas y mujeres sensuales, también es cuna de uno de los luchadores más espectaculares de la historia de la lucha libre mexicana.
Hace casi setenta años, en la provincia de Chiriquí, nació un niño al que bautizaron como Jhonny Lezcano Smith, creció entre aromas de café y cascadas paradisíacas, lo cual lo terminó por volver inquieto. Recibió instrucciones en artes marciales, pero por las publicaciones que comenzaron a llegar al sus latitudes le llamó la atención el misterio de las máscaras y la lucha libre, la cual la aprendió bajo la batuta del Chamaco Castro. Hacía 1965 debutó con el nombre de El Valiente. Al poco tiempo decidió migrar hacía México, donde optó por usar nombres como los de Rayo de Oro y El Jaguar, con los que pasó con más pena que gloria. Cuando perdió la incógnita comenzó a luchar con su nombre y decidió agregar sus bases de artemacialistas a la lucha libre, y comenzó a tomar relevancia.
Era el boom de los enmascarados y él decidió enmascararlo de nuevo. El nombre surgió de su ídolo karateca, Bruce Lee, al conjugar su personaje favorito, Kato, el chofer del Avispón Verde, con parte de la disciplina que practicaba, el Kung Fu, y coronándolo con su apellido: Kato Kung Lee debutó en 1977 y permaneció activo hasta que las fuerzas le permitieron, ya entrado el nuevo siglo.
Definir el estilo de Kato Kung Lee como un simple artemacialista es poco, definirlo como un dotado de talento luchístico es poco. Kato Kung Lee dominaba ambas cosas, y además era un privilegiado acróbata. Espectacularidad es el adjetivo que más le encaja. Su forma de manejar las cuerdas, su forma de despistar a su oponente con un golpe de karate, su arte al aplicar llaves luchísticas, su agilidad al lanzar sus lances lo hicieron destacar por encima de sus compañeros de generación.
Primero sólo junto a Kung Fu tomó notoriedad en la Seria y Estable, haciéndose del Campeonato de Parejas de la Arena Coliseo y de las máscaras de los Jalisco I y II, y después, cuando migraron al terreno independiente, conformaron junto a Black Man el trío llamado los Fantásticos, el cual marcó una época durante los ochentas, consiguiendo ser la primera triada en levantarse con el título de la especialidad en El Toreo. Al paso del tiempo, esos cinturones fueron sustituidos por el Campeonato Mundial de Tríos UWA.
Los egos entre los tres integrantes de Los Fantásticos hicieron que cada uno emprendiera caminos diferentes: Kung Fu entre los coliseinos, Black Man en El Toreo y Kato se declaró súper libre, trabajando lo mismo en el Pavillón Azteca, como en Monterrey, pero principalmente en Tijuana, donde se convirtió en un estelarista nato, sin embargo, tras un tiempo de éxito como pareja del Hijo del Santo, comenzó una rivalidad con el mismo, la cual desembocó en un duelo de apuestas el 28 de noviembre de 1986, en uno de los llenos más grandes que el Auditorio Fausto Gutiérrez de Tijuana a registrado en su historia. Así, volvimos a ver la cara de Jhonny Lezcano Smith, sin embargo ya no volvió a ser llamado así, siempre fue Kato.
Ya, a finales de los ochentas, regresó a la Arena México y a El Toreo, apostó su cabellera sin temor en más de quince veces, algunas veces salió con la mano en alto, otras no. Rivalidades tuvo con todos, dividiendo triunfos y derrotas. Fue grande Kato, muy grande.
Una enfermedad pulmonar comenzó a deteriorar su salud entrado este siglo. Él, incolumne, batalló siempre, sin embargo la vida lo fue menguando, hasta que el pasado 7 de mayo feneció.
Hoy, que en México se celebra el día de los fieles difuntos, nosotros en SÚPER LUCHAS lo recordamos y lo extrañamos. Descansa en paz, Jhonny Lezcano, que Kato Kung Lee vivirá por siempre entre nosotros.