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Where it all begins… again (Donde todo empieza… de nuevo). Así rezaba el eslogan de la vigésima edición de WrestleMania, hace ya 12 años. Una edición notable, con hitos como el regreso del gimmick clásico de The Undertaker (acompañado de Paul Bearer), la consagración de Eddie Guerrero, o la mejor Triple Amenaza de la historia. Desde entonces, dicho eslogan se convirtió en un lema que definía el espíritu del show, en cuanto a la relevancia del mismo. WrestleMania es algo más que otro evento, y debe dejar la impronta sobre el fanático de haber presenciado algo único en su concepción. Si bien no todas las rivalidades e historias concluyen aquí, sí que debe resultar un punto de inflexión en las mismas. En definitiva, no resultar un evento de transición, al estilo de lo que algunas veces nos tiene acostumbrados WWE.
En un comentario reciente, afirmé que, en muchos aspectos, WrestleMania 32 había resultado un evento realmente intrascendente: The Undertaker sale vencedor y al día siguiente Shane McMahon se encarga de dirigir Raw; Zack Ryder consigue el Campeonato Intercontinental y The Miz se lo arrebata en su primera defensa; AJ Styles pierde en su debut y a continuación se convierte en retador oficial al Campeonato Mundial de Peso Completo WWE.
Una cosa es que las lesiones justifiquen un bookeo improvisado, pero este tipo de decisiones sospecho que están más cercanas a la completa falta de ideas de ciertos creativos o al mal criterio de Vince McMahon. Da la impresión que sólo se buscó batir el récord de asistencia, porque en el fondo, WWE sabe que tiene a los aficionados comiendo de la palma de su mano ante la falta de competencia. ¿Cuál será el legado, pues, de la mayor WrestleMania de la historia? ¿Un salto suicida de Shane? Tal y como dije en un artículo anterior, esa será la imagen que quede en los libros de historia: un puro gesto de cara a la galería, metáfora del propio show.
WrestleMania 33, ya sin (esperemos) la plaga de lesiones, tiene que hacer olvidar el mal sabor de boca del pasado 3 de abril. Ya sé que aventurarse a hacer esto es casi una entelequia, pero, teniendo presente las previsiones y las últimas actualizaciones, he elaborado un hipotético cartel de lo que veremos el 2 de abril del próximo año en Orlando.
Dejo claro algo: no se trata de un cartel «soñado» en base a divagaciones de fanático, sino de un cartel lo más coherente posible con el presumible devenir de los acontecimientos. WM 32 estipuló 9 combates, sin contar el pre-show, así que ese será el número que fijaré para mi cartel. Sean benévolos conmigo por el atrevimiento.
1 – Combate de escaleras por el Campeonato Intercontinental WWE
Cesaro (c) vs. Alberto del Río vs. Sheamus vs. Rusev vs. Sami Zayn vs. Baron Corbin vs. Samoa Joe
Pongo a Cesaro de campeón, pues creo que finalmente apostarán por él, al menos como dominador del mid-card a corto plazo. La ruptura de League of Nations por esas fechas podría servir para añadir rivalidades internas al combate. Zayn y Corbin tal vez coqueteen con el Campeonato de los Estados Unidos hasta dar un salto mayor. Veo a Joe de vencedor por el status que tendrá desde su debut, primera parada de un futuro reinado mundial.
2 – Campeonato Mundial de Parejas WWE
Bálor Club (c) vs. The New Day
Por desgracia, en algún momento los actuales campeones perderán su cetro, y Doc Gallows y Karl Anderson podrían dejarlos fuera de circulación brutalmente. Tras un tiempo prudencial, Xavier Woods, Kofi Kingston y Big E. regresarían para cobrar su revancha en el lugar idóneo. La oposición de estilos y personalidades es lo que haría atractivo el duelo. Apuesto por la continuación del dominio del Bálor Club, suponiendo la derrota el fin de The New Day.
3 – Randy Orton vs. Kevin Owens
He pensado en Bray Wyatt como rival para Orton, pero creo que este ángulo se desarrollará en torno a SummerSlam 2016. Por similitud de caracteres he optado por Owens, pues recuerda mucho a «El asesino de leyendas» en sus comienzos: arrogante, dominante y dispuesto a causar impacto a costa de todo. Una victoría del canadiense sería lógica para ayudarlo a ascender. Aunque, tras su ausencia este año, tal vez Orton no quiera una derrota. Así, se alargarían las hostilidades hasta WWE Extreme Rules 2017. Elijo, pues, a Randy.
4 – Finn Bálor vs. AJ Styles
Por la saturación de talentos, considero improbable que ambos se enfrenten al amparo de un título. Teniendo en cuenta los indicios y rumores, una historia en torno al liderazgo del Bálor Club serviría de marco para este duelo, a todas luces candidato a robarse el show. Cumpliria el papel del reciente Styles-Y2J, un combate técnico para contentar a los puristas. Esta vez, «El Fenomenal», seguramente como rudo, se alzaría vencedor.
5 – Batalla Campal en memoria de André el Gigante
Si cumple el papel de escaparate para debutantes, a tenor de lo visto este año, mi predicción de último hombre sobre el ring es para Apollo Crews.
6 – Brock Lesnar vs. The Rock o Bray Wyatt
Llevo leyendo desde hace tiempo que Owens podría ser el oponente de «La Bestia», aunque dudo que Vince deje pasar la oportunidad de subir a Dwayne una vez más al ring. Si comparamos, no hay color en cuanto a rentabilidad. Sólo se vieron las caras en una ocasión, por lo que no se trata de una rivalidad quemada. Y conociendo el ego del actor, pactar una revancha para apuntarse por fin la victoria, parece cantado. Todo ello, claro está, dependiendo de su disponibilidad. Por eso la segunda opción pasa por Wyatt. En ambos casos, Lesnar perdería. Personalmente, prefiero otros oponentes para él —Cesaro, por ejemplo—, pero debo reconocer que unas promos bien llevadas entre «Rocky» y Paul Heyman serían antológicas.
7 – Campeonato Mundial Femenil WWE
Sasha Banks (c) vs. Bailey
El ascenso al roster principal de la que se supone luchadora técnica estrella, chocará irremediablemente con Banks. Hacen falta mujeres con el perfil de la ex Campeona Femenil NXT, por tanto esto debería ocurrir ya en la próxima WM. Tras un largo reinado de Banks, auguro que aquí el cinturón cambiará de manos.
8 – Campeonato Mundial de Peso Completo WWE
Roman Reigns (c) vs. Dean Ambrose vs. Seth Rollins
¿Reigns de rudo, Ambrose de tweener y Rollins de técnico? Suena interesante y lógico, observando el desarrollo del primero.Veo al segundo ganando la Rumble y al tercero enfrascado en una disputa con La Autoridad (o Triple H en su defecto) que lo lleve a conseguir su plaza en este combate. La rumoreada reunión de The Shield no será un plan a largo plazo, y tal vez todo sea la excusa para desembocar aquí. Me inclino por un nuevo «Momento WrestleMania» de Rollins, aunque parece el resultado más difícil de dilucidar de todo el cartel.
9 – Carrera contra Carrera
The Undertaker vs. John Cena
«The Phenom», sin ningún rival serio al que reste combatir. Sting retirado definitivamente. John Cena disponible (esta vez sí) para las grandes ocasiones. ¿Sería demasiado predecible disponer este duelo como combate estelar? Con el temor a una nueva plaga de lesiones el momento es ahora o nunca. ¿Y sería también demasiado predecible una derrota del Taker? Parece inevitable un 22-2, el daño a la racha ya está hecho desde aquella noche en Nueva Orleans. La última oportunidad de brindar un retiro digno a Mark Callaway.