A la distancia, y habiendo visto tan decepcionante pelea, habría sido mejor quedarse con la duda de si Floyd Mayweather era o no mejor que Manny Pacquiao.
No sólo se trató de una pelea a destiempo, que debió realizarse cuando ambos estaba encumbrados (antes del nocaut de Márquez sobre el filipino y antes de la gandalla victoria de Mayweather sobre Víctor Ortiz) sino que fue oportunista y mentirosa. Aunque era obvio lo que se podía esperar de aquello, resultó ser una tremenda decepción para propios y extraños, que vieron en esa pelea reflejado el por qué la gente desprecia el boxeo en tantas ocasiones y lo juzga sin saber.
Con todo y eso, la victoria de Mayweather fue legítima y alargó la racha invicta, misma que se detuvo en septiembre en 49 a cero, con el posterior retiro de Floyd.
Pero Mayweather considera que esa pelea fue la que marcó su legado, pues argumenta que al haber tomado la pelea, evitó ser llamado cobarde, pues al negarse tantas veces se argumentaba que le tenía temor al filipino. Además, así se consolidó como el mejor peso welter y el mejor libra por libra de muchos conteos y revistas especializadas (y no tanto).
En una presentación en Rusia externó que el combate 48 fue el más importe de todos por lo que pudo demostrar en él.
“Esta playera es en honor a mi victoria número 48, contra Manny Pacquiao, la cual es la más importante de mi carrera. Muchas personas decían que evitaba la pelea, decían que no podía ganar. Pero probé que estaban equivocados, por lo tanto, la pelea contra Manny Pacquiao es la más importante para mí”, concluyó el «Money».
Sin embargo, dice que los días en el ring han terminado, que, contrario a lo que piensan algunos medios y boxeadores, sobre que volverá a pelear en algún momento dado por una gran bolsa, está muy tranquilo y a gusto en el retiro pues en su consciencia está saldada la deuda de cualquier boxeador, que enfrentó y derrotó a los mejores.