Los pros y los contras de una división de Divas más luchística. Dave Meltzer opina: «La única manera de saber qué pasaría es hacerlo”

Después de la controversia causada por el tweet que AJ Lee le envió a Stephanie McMahon en relación a la igualdad de condiciones de trabajo para hombres y mujeres, y con el hashtag #GiveDivasAChance, muchos medios incluso no luchísticos han externado su opinión, lo que posiblemente resulte en que WWE tenga que responder permitiendo mejores oportunidades para las mujeres.

¿Podría funcionar una división de Divas en WWE basada en habilidades luchísticas o es algo que sólo es rentable a una escala menor, como es el caso de NXT?

Dave Melzer opinó al respecto en la más reciente edición del boletín Wrestling Observer:

Como escribí hace unas semanas, tienen tres formas de lidiar con esto. Pueden romper con el pasado, dejar eso claro diciéndole a la gente qué es lo que se avecina, deshacerse de cierto talento y traer al talento de NXT para hacerlas ser el punto focal en luchas más largas. Si pueden hacerlo y se mantienen firmes a la idea, puede ser un éxito o puede no serlo. Es un éxito en NXT, pero NXT es un terrible laboratorio de ideas, porque el público es mucho más pequeño de lo que WWE necesita. Pero eso no quiere decir que fallaría en el elenco principal.

La lucha femenil japonesa de alto nivel atlético era, a finales de los setentas y principios de los ochentas, mucho más fuerte en la televisión de ese país de lo que las Monday Night Wars fueron en la televisión estadounidense. Pero lo que funciona en una cultura no está garantizado para funcionar aquí.

Y aunque ese estilo de lucha aún existe en Japón, no es tan popular hoy en día, porque, como en todo espectáculo deportivo, su buena época estaba basada, en gran parte, en el hecho de que estaban en televisión abierta y en buenos horarios, y cuando ya no pudieron hacer ratings con el calibre de la televisión abierta, no había muchas opciones, pues Japón no tiene muchos canales secundarios como para hacer crecer una empresa.

Pueden intentar un cambio lento, algo que Paul Levesque ha dicho que quiere hacer al referirse a cómo cambia el mundo y el impacto de Ronda Rousey. El problema es que no hubo un cambio lento en lo que respecta a Rousey. Dana White se fue a cien millas por hora introduciéndola en nuestras mentes, y francamente, se expuso y la expuso a la idea de un gran fracaso. Y mucha gente estuvo esperando que eso sucediera.

O pueden seguir haciendo lo que su visión de la lucha es, quizá prometer cambios de labios para fuera, hacer ligeras modificaciones, darle humor a la audiencia. Pero mientras no veas una lucha de mujeres en un evento de WWE en el mismo nivel de NXT, es sólo palabrería.

Y francamente, puede fallar. Vince intentó hacer Superestrellas de la lucha femenil con Wendi Richter y Alundra Blayze, y ambas fueron grandes fracasos. No fue el empuje en ninguno de los dos casos, fue el público no aceptando el empuje.

Pero también, en los cuarentas y a principios de los cincuentas, en un tiempo cuando los promotores vivían y morían basados en la taquilla semanal, las mujeres eran estelares todo el tiempo en todos lados, porque las principales, si no eran sobreexpuestas, podían ser más taquilleras que los hombres. He visto programaciones de ciudades luchísticas fuertes donde las mujeres encabezaban los carteles todo el tiempo, y Mildred Burke era tratada en el material promocional con una reverencia similar a la de Lou Thesz.

Los tiempos cambian, y la única manera de saber qué pasaría es hacerlo”.

LA LUCHA SIGUE...
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