Los intentos frustrados de Conor McGregor por vencer a La Autoridad (en UFC) — Ni aliarse con Floyd Mayweather funcionó

Si bien se puede cuestionar la idea de que Conor McGregor es el mejor peleador de UFC, no se puede objetar que el irlandés es un pilar fundamental en y para la empresa dirigida por Dana White. The Notorious se ha caracterizado por ‘hablar basura’ de los demás, en especial de quienes debe enfrentar en el octágono, generando que la audiencia —y muchas personas que solo ven peleas de artes marciales mixtas en ocasiones determinadas (aficionados casuales)— se vuelque a interesarse en sus combates.

La particular manera que ha empleado Conor McGregor para promocionar sus peleas le ha valido una etiqueta de ‘una Superestrella de WWE en UFC’. Tal definición no se aleja mucho de la realidad, porque el irlandés interpreta a un personaje con carácter definido: egocéntrico, confiado en sus capacidades y en el trabajo duro, que habla con certeza y —como consecuencia de lo anterior— denota un carisma exorbitante. Los fanáticos captan esas sensaciones, identificándose —de una u otra forma—con la mentalidad de McGregor.

«El juego me responde a mí ahora», es una frase que se ha inmortalizado durante las declaraciones del irlandés. Su éxito ha alcanzado la cúspide debido al personaje que interpreta, porque ha aprendido a coexistir entre la realidad y la ficción de sus discursos. En pocas palabras, Conor McGregor es EL Hombre en UFC —sin ánimos de quitarle créditos a Seth Rollins en WWE—.

Pero cuando EL Hombre no cumple con sus palabras y cae derrotado, comienzan a dispararse las dudas. Conor McGregor se rindió ante Nate Díaz en la pelea estelar de UFC 196, evento que ambos prepararon con múltiples roces verbales y casi físicos. Los aficionados casuales que apoyaban al irlandés, y aquellos que veían en él a un peleador invicto y dominador, comenzaron a abandonarlo, por lo que The Notorious debió cambiar el discurso: desapareció el ‘hablar basura’ de su vocabulario, siendo reemplazado por el respeto y la aceptación de una frágil derrota: «Asumo esta derrota como un hombre, no me escaparé de ella. (…) Nate [Díaz], nos volveremos a encontrar». ¿Siguiente objetivo? UFC 200, evento escogido para celebrar la revancha entre ambos peleadores.

QUIEN JUEGA CON FUEGO,
SE ARRIESGA A QUEMARSE

De vuelta al mismo juego. Conor McGregor replanteó el discurso, suprimió algunas características de su emblemática personalidad —aunque lo haya negado en redes sociales— y se dedicó a preparar lo que se venía: UFC 200: McGregor vs. Díaz 2.

UFC 200

Sin embargo —y súbitamente—, Conor McGregor anunció su ¿retiro? a través de Twitter, en un críptico mensaje que mantuvo intrigado tanto a los fanáticos como a los medios de comunicación. Días después, ‘McGregor vs. Díaz 2’ fue cancelado, y el mismo McGregor —luego del inmenso revuelo generado— compartió una publicación a través de Facebook donde manifestaba sus razones para no presentarse a grabar las promociones de UFC 200 en Las Vegas —razón por la que fue removido del PPV—: necesitaba tiempo para concentrarse y dedicarse plenamente a su entrenamiento, y no quería perder tiempo en otras cosas.

A la directiva de UFC no le temblaron las manos para poner a un peleador en su lugar: Conor McGregor fue retirado del evento y reemplazado por Daniel Cormier y Jon Jones. Por querer que la empresa le rogase, el irlandés se quedó sin pan ni pedazo. Ni combate estelar en UFC 200, ni revancha vs. Nate Díaz en el mismo evento, ni una suculenta bolsa de dinero por todo lo anterior. McGregor no fue consentido, a pesar de haberse convertido en uno de los pilares fundamentales de UFC.

REAVIVAR OTRA LLAMA:
LA COMPLICIDAD DE FLOYD MAYWEATHER 

El primer intento —buscar manipular a la directiva de UFC— fracasó rotundamente, por lo que Conor McGregor reavivó una llama que llevaba ‘prendida’ desde enero: una rivalidad con Floyd Mayweather Jr., uno de los personajes más populares en la historia de los deportes de contacto y boxeador invicto retirado.

McGregor vs Mayweather

Durante el primer mes del 2016, Money Mayweather manifestó que el irlandés había alcanzado el éxito porque era blanco, igual que Ronda Rousey. La respuesta de Conor McGregor no demoró, desafiando al púgil estadounidense a una pelea: «Te voy a dar una parte de las ganancias que se dividirán en 80/20 a mi favor, en vista de que tu última pelea fue un fiasco en cuanto a ingresos. A mis 27 años, soy yo quien tiene las llaves de este juego. El juego me responde a mí ahora».

Floyd Mayweather le volvió a responder al irlandés, pero se disiparon los tensiones entre ambos debido a la promoción de ‘McGregor vs. Díaz 2’… hasta que esta pelea fue cancelada y Conor McGregor removido de UFC 200.

Y en ese momento, la estrategia del irlandés radicó en profundizar e intensificar su rivalidad con Money Mayweather, a quien provocó —y de quién recibió provocaciones— a través de redes sociales como Twitter, Facebook e Instagram. La batalla entre ambos, quienes intentaban demostrar que poseían mejores riquezas que el otro, se volvió bastante atractiva para la prensa especializada. Algunos, como Colin Cowherd, incluso se atrevieron a revelar la fecha de una ya pactada pelea de boxeo entre Conor McGregor y Floyd Mayweather Jr..

Pero, ¿cuál era el objetivo del irlandés? ¿Por qué decidió reavivar su rivalidad con el púgil estadounidense justo cuando se promocionaba UFC 200 —PPV en el que no participaría—? Evidentemente, la respuesta recae sobre la misma pregunta. Conor McGregor quiso acaparar el protagonismo y arrebatárselo a la empresa dirigida por Dana White; de hecho, por varias semanas las noticias de una posible pelea de boxeo entre el irlandés y Money Mayweather se publicaban como pan caliente en la prensa especializada, mientras que apenas se hablaba sobre el nuevo combate estelar de UFC 200: Daniel Cormier vs. Jon Jones.

Floyd Mayweather Conor McGregor

Conor McGregor había logrado su objetivo, y aunque no formaba parte del PPV más grande en la historia de UFC, su protagonismo estaba intacto. Los fanáticos casuales lo volvieron a respaldar, porque una pelea de boxeo contra Floyd Mayweather resultaba muy atractiva. La abismal diferencia entre el púgil estadounidense y el irlandés, en cuanto a boxeo refiere, no obstaculizaba el interés de los fanáticos: a ellos solo los seducía el morbo de ver a dos estrellas mundiales sobre el mismo cuadrilátero.

Y de un momento a otro, los fanáticos comenzaron a preguntarse quién vencería en esta posible pelea de boxeo. A nadie le inquietaba el hecho de cómo fue que comenzaron a hablar de una pelea entre dos estrellas de deportes distintos. Nadie recordaba el origen, solo rondaban en el presente. Son fanáticos casuales que, en efecto, suelen consumir lo ‘más caliente’ que aparece en la prensa. Y Conor McGregor lo sabía, por eso buscó —y encontró— a Floyd Mayweather para convertirlo en cómplice: intentaron consolidar una rivalidad entre ambos para que el mundo entero hablase de ella, porque con los nombres involucrados ya bastaba para construir algo estratosférico.

EL AS BAJO LA MANGA DE UFC

Sin embargo, con lo que no contaba el irlandés era que La Autoridad siempre gana… incluso en UFC. En el último vídeo-promoción de UFC 200, se dejó entrever —y posteriormente se anunció de manera oficial—que Brock Lesnar formaría parte del cartel, peleando en el combate co-estelar ante Mark Hunt. El foco de atención —siempre tan variable en torno a la última tendencia— abandonó a Conor McGregor y se posó sobre Brock Lesnar. La prensa especializada comenzó a disparar noticias sobre La Bestia Encarnada, refiriéndose a las probabilidades de vencer, la transición entre la lucha libre y las artes marciales mixtas, entre otras cosas. La tendencia, lo importante, lo del momento era Brock Lesnar, no Conor McGregor, quien ni con Floyd Mayweather de su lado pudo hacerle frente al ex Campeón Mundial de Peso Completo UFC y todo lo que este genera.

Conor McGregor Brock Lesnar 2

Pero esa no fue la única noticia que salió a la luz. En UFC 199 —mismo evento en el que se lanzó el último vídeo-promoción de UFC 200—, se anunció que la revancha entre Conor McGregor y Nate Díaz sería la pelea estelar de UFC 202, PPV a celebrarse el próximo 20 de agosto. Y es aquí donde me quiero detener, porque el irlandés ha sido evidenciado fatalmente.

Si la revancha contra Díaz se postergó —removida de UFC 200—, ¿por qué no prepararse mejor para esta pelea? Al fin y al cabo, eso fue lo que el mismo McGregor le exigió a UFC: tiempo para enfocarse de lleno en su próximo combate. Haber alimentado una rivalidad con Floyd Mayweather y practicar boxeo para equiparar el nivel con este último —basta con revisar el perfil de Instagram del irlandés— es una inconsecuencia imprudente, porque contradice las palabras que le costaron ser el protagonista estelar de UFC 200.

Con ‘McGregor vs. Díaz 2’ en agosto, no solo se disipan los rumores sobre una pelea de boxeo entre el irlandés y Money Mayweather, sino que también salen a relucir las fórmulas con que el Campeón de Peso Pluma intentó vencer a la directiva de UFC. Y luego del embrollo, McGregor evidencia sus inconsecuencias y el desenlace parece ser siempre el mismo —y sin querer robarle la frase a Triple H—… ¡La Autoridad SIEMPRE gana!

LA LUCHA SIGUE...
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