Hace algunas semanas, antes de WWE Fastlane 2016, y aún con la esperanza en la palma de la mano, realicé un comentario en esta web. Analizando el presumible cartel, afirmé que si John Cena era la última esperanza de WWE para salvar WrestleMania, tras la definitiva confirmación de su ausencia en el evento, ese peso recaía en Dean Ambrose. Muchos esperaban que en las últimas semanas se produjese una insólita alineación de los astros y Ambrose finalmente entrara a formar parte de la lucha estelar de WrestleMania 32. Pero no ocurrió.
El encuentro entre Shane McMahon y The Undertaker, pese a la interesante estipulación y al contrastado buen hacer del primogénito de Vince McMahon, no está a la altura de la mayor «Vitrina de los Inmortales» de todos los tiempos. John Cena sí hubiera dado ese plus de categoría que a estas alturas un oponente del ‘Deadman’ requiere. Y con esto no quiero desacreditar a Shane O’Mac, quien sin ser un luchador oficial de la compañía ha demostrado arrestos de sobra en numerosas ocasiones (me remito al excelente artículo que Carlos Acosta elaboró para SÚPER LUCHAS hace un mes). Si califico de «esperanza» a John Cena no es por su calidad luchística (que por otra parte está sobradamente contrastada después de 13 años), sino por su status de superestrella. Descartando a Sting, ¿qué otro luchador realmente de categoría quedaba por enfrentar a ‘El Fenómeno’?
Este combate y el Triple H vs. Roman Reigns por el Campeonato Mundial de Peso Completo WWE están siendo promocionados con paridad de pompa y circunstancia, lo que me hace creer que, veladamente, WrestleMania 32 tendrá un doble evento estelar en cuanto a relevancia de acontecimientos. Error que considero de peso, pues tras un ‘Hell in a Cell’, mantener el interés del público sin que decaiga el ambiente de las grandes ocasiones va a ser muy complicado. Dicho choque como epílogo del show sería lo correcto.
Así pues, el último duelo debe tener el atractivo suficiente para que el público esté dispuesto, después de 7 horas, a hacer volar pancartas, pelucas o prendas íntimas. Y lo siento, WWE, pero lo planeado no provocará tales reacciones. Coloco a HHH entre los grandes (aunque no a la altura de los más grandes como Shawn Michaels) y valoro a Reigns por lo que ha demostrado en momentos importantes con un bookeo razonable. ¿Pero es ese combate lo que la gente esperaría para una WrestleMania de tal calibre? Es aquí donde Ambrose hubiera encontrado su hueco, al modo de Chris Benoit en WM XX o de Daniel Bryan en WM XXX.
Tradicionalmente, en el combate estelar es donde uno espera que la compañía eche el resto y ponga toda la carne en el asador, pues la última imagen suele ser la definitoria de cada edición: Hulk Hogan y The Ultimate Warrior abrazados en señal de respeto (WM VI); Stone Cold y Vince McMahon celebrando, cerveza en mano, su alianza (WM X-Seven); o Shawn Michaels caminando por la rampa ante la ovación de 72 mil almas tras perder su combate de retiro (WM XXVI).
Sin embargo, trayendo a colación el HHH vs. Reigns del próximo 3 de abril en Arlington, la historia del ‘Show de los Shows’ está llena de combates estelares que no dieron la talla.
Aunque ya tenemos una lista de combates de los que se esperaba mucho y fueron decepcionantes, a continuación, ésta es una con los 5 peores combates estelares de la historia:
5- Triple H (c) vs. Randy Orton
Campeonato Mundial de Peso Completo WWE
(WrestleMania 25)
Probablemente el mejor ejemplo de un gran ángulo para un combate mediocre. ‘El asesino de leyendas’ llegaba en el momento cumbre de su carrera (por supuesto, como rudo), atacando a todos los McMahon: sendos pateos a Vince y a Shane y un RKO a Stephanie. Las intensas promos (genial la de Triple H presentándose en persona en casa de Orton) presagiaban un combate igual de feroz, pero la estipulación no ayudó a ello. Los numerosos tiempos muertos hicieron el resto.
4- The Miz (c) vs. John Cena
Campeonato Mundial de Peso Completo WWE
(WrestleMania XXVII)
Unas excelentes entradas de ambos luchadores y el buen papel de The Miz como rudo no fueron suficientes para disipar la sospecha de que todo era una gran excusa para sentar las bases del The Rock vs. Cena del año siguiente. De hecho, el protagonismo de Dwayne durante el show resultó excesivo, y su intervención, para acabar dando la victoria al campeón, innecesaria e indigna del cierre de una WrestleMania.
3- The Rock (c) vs. John Cena
Campeonato Mundial de Peso Completo WWE
(WrestleMania 29)
Si el combate de ambos el año anterior quedó como un gran duelo de superestrellas, esta larga rivalidad quedó empañada de nuevo por el bookeo que la hizo desembocar en el MetLife Stadium de New Jersey. El principio del desencanto de CM Punk por WWE se fraguó aquí, perdiendo a favor de ‘Rocky’ meses atrás en Royal Rumble 2013. Era evidente que estipular una revancha sólo tendría sentido como «redención» para Cena, por tanto, la previsibilidad del resultado fue flagrante.
2- Hulk Hogan vs. Sid Justice
(WrestleMania VIII)
Hablando de egos, vamos con el Rey de Roma. Eclipsando el que debió ser el combate más importante de la noche, el Ric Flair vs. Randy Savage por el Campeonato Mundial de Peso Completo WWF, Hogan volvió a estelarizar por última vez (al menos de manera oficial) el magno evento. Evidentemente, contando con Sid como rival, poca cosa podía esperarse. Pero cual dichosa vida , todo lo que sale mal puede salir peor, y así ocurrió: final por descalificación. Impensable incluso hoy día.
1- Lawrence Taylor vs. Bam Bam Bigelow
(WrestleMania XI)
No podía ser de otra forma. Hogan ha dejado para los libros de historia otras estelarizaciones anodinas, pero al menos es un luchador profesional. Lo que tuvimos aquí fue una simple estrategia de márketing para captar nuevos aficionados (cosa que el parecer funcionó), subiendo al ring de WWE a un celebérrimo exjugador de la NFL. Bigelow, dentro de sus sabidas limitaciones, no pudo hacer mucho para decentar el combate, y ambos dieron un espectáculo digno de olvidar pero sí de rescatar para este Top 5.