Cuatro peleas, tres terminadas antes del tiempo regular de combate y llegó el momento más importante de la noche. Uno de los campeones más dominantes de peso welter que jamás haya habido en UFC contra un hambriento y poderoso retador: Robbie Lawler contra Carlos Condit.
Condit hizo una buena pelea al determinar el ritmo de la pelea en el primer round. Sus poderosas patadas fueron dirigidas principalmente a las piernas y cara del campeón con el fin de desbalancearlo y si no lograba noquearlo, de menos infligirle mucho daño en el rostro.
Pero el Lawler no estaba dispuesto a dejar su cinturón en manos de Carlos, de modo que conectó al retador en varias ocasiones, haciéndole sentir su poder en cada oportunidad que tuvo.
En el primer episodio Condit sacudió a Lawler cuando lo proyectó a la lona, mitad impacto, mitad resbalón pero que Lawler supo sortear para evitar que Carlos lo sorprendiera en el piso.
Para el segundo episodio hubo mucho balance de pelea buen intercambio aunque fue más evidente que Condit se veía en problemas cuando quedaba contra la malla, porque ahí el campeón hacía lo que mejor sabe: atacar ferozmente.
Condit sólo hizo lo que le sale muy bien en esa situación, mandar las rodillas por delante para sumar puntos y lastimar a Lawler.
Ya en el tercer round Condit pudo mostrar un movimiento que fácilmente se le puede adjudicar como su firma en combate: el rodillazo volador, mismo que le entró de lleno a la cara al campeón pero que para sorpresa de muchos (y es por eso que Robbie es un magnífico campeón) resistió de pie para seguir en el combate y buscar el intercambio. Tampoco dejó las cosas así porque Lawler le contestó con un potente codazo que le cimbró la cabeza a Condit.
Pero las emociones estaban lejos de terminar. «Ruthless» no es de los que se dejan vencer fácilmente aunque el panorama luzca en su contra (raro en sus peleas porque siempre domina, pero Carlos opuso demasiada resistencia). Condit lanzó muchas patadas a lo largo del combate y en el cuarto round no fue la excepción, patadas potentes que mandaron a la lona a Lawler en dos ocasiones aunque Condit no buscó finalizarlo en el piso por el riesgo que suponía acercarse a Lawler.
Pero nada, en serio nada en el combate dio aviso de lo que sucedió en el último round.
Un último round que fue el que le dio la decisión al ganador de la contienda porque ambos hombres dieron su resto en los últimos cinco minutos de combate.
Condit soltó patadas al por mayor y movió la cintura para sacarse los golpes de Lawler como nunca en toda la pelea. Por un momento se vio el Robbie Lawler que se presentó a la pelea contra Rory McDonald porque se vio extremadamente agresivo y con la decisión de no ceder un sólo golpe, de no dejar un rastro de duda.
Carlos azotó con lo que le quedaba y con el mismo movimiento de cintura que esquivaba a Lawler sacaba impulso para meter derechazos y zurdazos, daba igual con qué mano golpeara si caía en el cuerpo de Lawler.
Ambos hombres terminaron la pelea sangrados y rendidos, apoyados contra la malla para recuperar el aliento. Se quedaron sin más que ofrecer, sin un sólo golpe por tirar.
La decisión dividida a favor del campeón sólo dio una pequeña muestra de lo cerrado del combate.
La cara de Carlos Condit lo dijo todo pues a pesar de que no estuvo de acuerdo con el resultado, quedó tranquilo porque hizo una mega pelea.
En la entrevista post combate, Lawler dijo que tras esa pelea, salieron dos campeones de la jaula porque Carlos dio una pelea muy buena.
Carlos mencionó que así sucede cuando se lo dejas a los jueces, aunque especificó que se siente agradecido de ganarse la vida haciendo lo que ama.
Si este fue el primer combate de 2016, la vara quedó alta para los eventos que vienen, entre ellos la revancha entre Velásquez y Werdum y Rosuey contra Holm.