El conflicto que desató Randy Orton contra los luchadores independientes de unas semanas a la fecha a dado para que todos opinen. Unos a favor de la Víbora, otros, los más, a favor de los independientes.
En más de un sentido, ambos bandos tienen más de un punto de razón. En todo lo dicho por Orton hay bastantes términos peyorativos que restan mucho mérito a lo cierto de su decir. Es obvio, que son esos insultos los que más han exacerbado a los luchadores independientes más que la esencia de los comentarios del múltiple Campeón WWE sobre el abuso en los lances y los castigos de «poder», que al parecer carecen del mismo, pues segundos después ya están de pie contestando con otro «poderoso» castigo a su oponente, haciendo esto un cuento de nunca acabar.
Tiene razón Will Ospreay al tratar de justificar lo anterior hablando de que la lucha libre es una forma de arte. Y que bien entendido puede llevar al aficionado a creer lo que pasa en el ring. Sin embargo hay situaciones que hacen que de la mofa bien aplicada o del sarcasmo se pase a una burda parodia como recientemente pasó en la escena independiente, donde varios gladiadores decidieron cambiar el clásico «dive» (vuelo, lance) criticado por Orton por el final del gladiador de WWE, el famoso RKO:
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Quizá en el primer vídeo se pueda entender el sarcasmo bien manejado, la bofetada con guante blanco que se hace al encumbrado luchador; pero en el segundo más que otra cosa, la situación se vuelve en un chiste de pastelazo, al mero estilo de Capulina, quitándole credibilidad a los independientes y dejando la otra mejilla para que la contestación sean más críticas a los gladiadores de bodegas, como Orton los llamó.