Por Darkangelita.
Algo tan seguro como la muerte en esta vida es que todo cambia, todo muta, todo evoluciona. La vida es un cambio incesante, lo que era ayer ya no lo es hoy. El pensamiento humano se ha basado en la experiencia de sus antepasados para cambiar, para ser mejores, para crear, para encontrar soluciones diferentes a problemas complicados.
La lucha de la antigua Grecia no tuvo que ver con la instaurada en los Juegos Olímpicos de la era moderna, había evolucionado, había reglas claras. Pero la barrera del género no se había roto, y no se rompió hasta mucho tiempo después, en Atenas 2004. La mujer no pedía una prerrogativa para participar en los certámenes, exigía algo que le pertenecía, que no era un privilegio, sino su justo derecho. Así, aunque con participación había diferencias, más medallas se repartían entre los varones, menos categorías y por ende más ventajas de peso para las mujeres. Ese fue uno de los puntos que el Comité Olímpico Internacional señaló como causa por la que la lucha era expulsada del programa de actividades de los Juegos de Verano. Y ese fue uno de los primeros puntos que la Federación Internacional de Luchas Asociadas solucionó, igualando el número de categorías entre hombres y mujeres, de igual manera el número de participantes en cada género es similar.
Las modificaciones que la FILA ha efectuado para la permanencia de la lucha dentro de los Juegos Olímpicos han hecho que muchos vean como un deporte completamente nuevo a la milenaria confrontación. Una de las caras detrás de estos cambios es Carol Huynh, una canadiense multimedallista tanto en Olímpicos, Mundiales, Panamericanos y Juegos de la Commonwealth, y que tras su retiro de los tapices se ha convertido en uno de los cerebros más importantes para las luchas asociadas, al grado de que la FILA la designó como una de las 5 personas que hablarán para defender la permanencia de estas disciplinas dentro de los Juegos.
Hace unos días Carol escribió una nota sobre lo que ella considera la presentación de un nuevo deporte, aquí un pequeño resumen:
“A punto de cumplir diez años en el programa olímpico, las mujeres nos enfrentamos a la posibilidad de desaparecer de las justas veraniegas y por lo que tanto habíamos luchado.
“Para entender cuán importante es para nosotras las oportunidades para la lucha femenil sólo necesitan mirar a mi compañera de presentación Lise Legrand y a mí. Ambas nos inspiramos en luchadores varones para probarnos en un deporte dominado por hombres. Espero que nuestro trabajo duro, nuestro tesón y nuestras medallas olímpicas ahora sirvan de inspiración para nuevas jóvenes luchadoras para que ellas derriben las aún existentes barreras de género y logren conseguir sus propios sueños.
“Estoy muy contenta de los cambios que hemos hecho en tan solo seis meses, y me queda claro que nuestro deporte evolucionará aún más. No aceptaremos nada menos que una “nueva lucha”, un deporte innovador, moderno y emocionante.
“Las nuevas reglas apoyan la velocidad, la fuerza y la estrategia. Un luchador no puede ganar siendo pasivo.
“Cada uno de esos cambios ha tenido un impacto global, ya que ha afectado a nuestras 177 federaciones –¿qué más prueba de que esto es un deporte universal? Es un deporte que no solo garantiza ya la equidad de género, sino que ofrece el sueño de la participación olímpica sin importar la situación geográfica o el nivel económico.
“Todos estos cambios sólo reflejan nuevas oportunidades para los jóvenes, nuevas relaciones entre los países, e inspiración nueva para mujeres en todo el mundo de que ellas también pueden realizar su sueño, sin importar los retos que se les puedan poner en su camino.”