El medio estadounidense TMZ encontró al icono de la lucha libre profesional Kurt Angle en un aeropuerto y tuvo ocasión de preguntarle acerca de la disciplina olímpica en la que él participó y conquistó en los Juegos de Atlanta en 1996. El reportero le preguntó a Angle si pensaba que algunas de las Superestrellas de WWE pudieran tener éxito también en la lona olímpica, debido al pasado amateur de varios de ellos. Su respuesta fue contundente:
No. Una cosa es el entretenimiento y otra el deporte de verdad. No es lo mismo.
El ex-luchador de WWE y TNA tiene mucha razón, pues, desde el inicio de la popularidad de la lucha profesional, siempre se ha comparado con la competitividad de la disciplina olímpica. Algunos nombres, entre ellos Angle, lograron hacer una transición efectiva de una a otra, pero ambas requieren una preparación para diferentes objetivos.
La meta principal de la lucha profesional es entretener al público, algo que importa muy poco en el deporte olímpico, por ejemplo. De manera que ese componente de espectacularidad — véanse la elaboración de promos y los ensayos a la hora de representar un personaje — son exclusivos de este pseudo-deporte que tanto amamos los aficionados. En contraposición, la técnica de lucha es muy importante para entretener, pero no es tan necesaria para dominar como en la disciplina olímpica.
Seguidamente, el reportero recordó el intento de regreso al plano de la lucha olímpica para los Juegos de Londres en 2012, que finalmente no pudo materializarse por culpa de múltiples lesiones en su cuerpo. Angle dejó claro que no volverá a intentar pasar por ello de nuevo:
Estoy demasiado viejo, hermano. Hazme caso, me darían una paliza.
Nadie más que el ex-Campeón de WWE sabe en qué estado se encuentra su cuerpo y es de admirar que tenga los pies en el suelo en materia de retos a sus 47 años de edad. Si bien es cierto que se ve en gran forma a pesar de su edad, la competición y las lesiones pasan factura.