Cuando el 2015 de la WWE sea analizado en perspectiva se sabrá a ciencia cierta si fue un error o no, pisar el freno en la rivalidad entre John Cena y Kevin Owens. Owens llegó al elenco principal más que prendiendo lumbre, llegó hecho un pirómano. Lo primero que hizo fue humillar a John Cena. Lo segundo que hizo fue vencer a John Cena.
Todo parecía marchar bien: WWE tenía un nuevo rudo principal y la rivalidad con Cena podría haber continuado sin una lucha más. Podría haber seguido en WrestleMania o más allá, pues en el camino, Owens hubiera podido acumular otras victorias, mismas que le habrían permitido añadir páginas a su futura leyenda.
Pero, como lo dijimos, WWE piso los frenos y hoy Owens tiene un camino largo que recorrer para volver a estar como estuvo hace pocos meses, al nivel de Cena, en una historia que recuerda a los inicios de Chris Jericho en WWE, quien llegó con todo pero perdió con The Rock y perdió también el encanto, al menos por unos dos años.
Así como Jericho tuvo que convertirse en el primer campeón unificado del nuevo siglo para recuperar la credibilidad inicial, quizá Owens tenga que lograr algo que se recuerde, como derrotar al Undertaker, por ejemplo. Y él quisiera, efectivamente, tener la oportunidad de enfrentarlo, como lo contó en el podcast Like Father, Like Son:
“Amaría enfrentar en el ring al Undertaker… Siento que es un anhelo difícil de alcanzar, pues lucha de manera muy esporádica, y cuando lo hace es un asunto importante. Pero espero lograr posicionarme el próximo año como un oponente viable para él… Sería grandioso tenerlo enfrente en WrestleMania o en cualquier otro lugar, así sea un Raw o un evento sin TV. Realmente no importa, sólo quiero enfrentarlo. Creo que sería una experiencia que no olvidaría”.
También habló del título que actualmente porta, el Campeonato Intercontinental WWE:
“Cuando era un chiquillo, éste era el título que quería ganar, porque Shawn Michaels y Owen Hart y Bret Hart y Razor Ramón… todos ellos ganaron este título, y algunos de ellos eventualmente ganaron el título WWE. Pero el Intercontinental tiene algo especial. La parte genial sobre él es que tiene el mismo diseño que tenía cuando era niño. En ese entonces tenía réplicas de plástico, y éste fue siempre el que quería ganar cuando luchaba contra mi almohada, así que es genial tener ahora el real”.