Tras su exitoso debut en la UFC y en el peso gallo, Kayla Harrison se ha sincerado sobre lo difícil que fue perder esos kilos.
Tras triunfar en la Liga de Luchadores Profesionales (PFL), Harrison hizo su esperada primera incursión en la jaula del mayor escenario de las artes marciales mixtas en el UFC 300 de pago por evento celebrado el pasado fin de semana.
La llegada de la dos veces medallista de oro olímpica marcó uno de los hilos argumentales más destacados de la cartelera del sábado, entre otras cosas por el peso en el que se produjo.
Tras haber ganado sus dos títulos de MMA en el peso ligero y haber competido sólo una vez en 145 libras, muchos predijeron el fracaso de Harrison a la hora de bajar con éxito al peso gallo para perseguir sus ambiciones en la UFC.
Pero la ex judoka dio en el blanco en la báscula el pasado viernes y, posteriormente, dio la campanada dentro del octágono al vencer a la ex campeona Holly Holm por sumisión en el segundo asalto.
Tras el combate, Harrison se mostró muy sonriente y reiteró sus planes de ascender rápidamente al trono. Pero, reveló que las cosas estaban lejos de ser cómodas en el período previo a UFC 300 …
► Harrison admite su preocupación por el peso a pesar de las garantías previas a UFC 300
Durante una entrevista posterior al combate con Caroline Pearce para TNT Sports, Harrison reflexionó sobre su exitosa actuación en Las Vegas y recordó la disciplina que necesitó para llegar a ese punto.
Mientras muchos expresaban su preocupación por su importante descenso de peso, Harrison se apresuró a tranquilizar a sus escépticos en las semanas previas al UFC 300. A pesar de ello, la oriunda de Ohio admitió que ella también estaba en la oscuridad cuando se trataba de si el corte era o no posible para ella.
«Algunas partes fueron más difíciles que otras», dijo Harrison. «La última libra, ya sabes, lo diré. La última libra, la última mañana, fue realmente difícil. Las 12 semanas de dieta no fueron muy buenas, pero pude soportarlo. El jueves de reducción de peso no fue tan malo. Pero la última libra, el viernes por la mañana, fue bastante duro.
«Tengo que decirles la verdad, esto fue… no sabía si podría llegar a las 135 libras o no«, continuó Harrison. «(Pero) esto era lo que quería, quiero convertirme en campeón de la UFC, y decidí tener fe y confiar en mi dios, confiar en mi equipo, confiar en mí mismo, y arriesgarme aquí. Y valió la pena. Estoy muy agradecido».
No obstante, todas y cada una de las preguntas han quedado ahora respondidas, tanto en la báscula el pasado viernes como dentro del octágono al día siguiente.
Con eso en mente, Harrison espera centrarse únicamente en sus planes en la jaula la próxima vez, después de haber tenido un montón de discusiones sobre el peso con los medios de comunicación antes de UFC 300.
